JETHRO TULL – Aqualung
Ta nana nana na! Así, con uno de los mejores riffs de la historia, comienza el cuarto álbum de estudio de Jethro Tull, la banda de folk-art-rock-progresivo-experimental-añádanse-más-etiquetas de Ian Anderson.
Tras tres discos que jugaban con el blues rock y el folk, Jethro Tull se metieron de lleno en una obra mucho más ambiciosa tanto lírica como estilísticamente. El salto hacia el folk rock que empezaron en Benefit se confirma aquí, produciendo varios temas totalmente acústicos, como Cheap Day Return o Wondering Aloud, o incluso partes medievalistas como en God. El hard rock también está muy presente, como en la misma Aqualung o Cross Eyed Mary, aunque tenga menos peso que en anteriores entregas. También se dejan ver rasgos progresivos y sinfónicos que serían mucho más evidentes en los posteriores Thick As A Brick y A Passion Play.
El disco, según Anderson, no es conceptual, aunque gira entorno al tema de la fe y la religión, y sobre todo cómo las religiones organizadas pervierten la relación de las personas con Dios. De hecho sus ataques directos a la Iglesia le supusieron problemas con la censura en la España de la época (aunque no fuera directamente a la católica). Tampoco ayudó mucho la frase que adornaba la maquetación del disco: En el comienzo, el hombre creó a Dios, y lo hizo a su imagen y semejanza. Por no hablar de que el protagonista del disco sea un vagabundo pedófilo o que la segunda canción hable sobre una prostituta menor de edad (y además bizca).
En cualquier caso Aqualung supuso el espaldarazo definitivo para Jethro Tull, fue su mayor éxito y el trabajo que les colocó en la élite del rock británico de los 70, y por encima de todo, Aqualung es una tremenda colección de canciones.
Comentario por Absento