Quienes tuvieron la oportunidad de ver a la banda en su gira del pasado otoño pudieron disfrutar de un setlist dividido en dos partes y, en la primera de ellas, se presentaba el disco en su totalidad más un séptimo tema incluido en las sesiones de grabación del álbum que finalmente no ha sido incluido.
Si tomamos como referencia su anterior “Deadwing” del año 2005, este trabajo se nos hace más difícil de escuchar, se podría decir que “no entra” a la primera o de manera tan inmediata. Evidentemente, esta sensación se disipa completamente con unas pocas escuchas más y así temas como “Sleep Together”, donde está presente un oscuro ambiente electrónico que puede recordarnos a NIN, acaba por atraparnos hipnóticamente. Quizá estemos ante un disco mucho más cercano musicalmente a lo que fue “In Absentia”
El tema que abre el disco y le da título, “Fear Of A Blank Planet” es quizá el corte más parecido a algunos de los contenidos en “Deadwing” como pueden ser “Shallow”, “Halo” u “Open Car”. “Fear Of A Blank Planet” comparte los riffs más metaleros del álbum junto con el tercero de los cortes, “Anesthetize”, la pieza más larga de todo el trabajo, con casi 18 minutos de ejecución en la que pasamos de una introducción que nos recuerda de inmediato a TOOL a una parte que yo calificaría de las más sino la más metalero que jamás grabara la banda, quizá dejándose notar la influencia que grupos como OPETH o MESHUGGAH han tenido en Steve Wilson en los últimos años. Pero entre este tema y el que da título al disco también encontramos otro punto de unión: una maravillosa y cautivadora parte final en la que se hace gala del buen hacer psicodélico marca de la casa durante toda la existencia de la banda. Merece la pena prestar algo de atención a lo que el maravilloso Gavin Harrison ejecuta en la parte más metalero del disco, tras el estribillo, y que sirve de preludio a esa psicodélica parte final de voces superpuestas.
Los temas “My Ashes” y “Sentimetal” son los dos cortes más pausados del disco, mas cercanos a temas de discos anteriores como “Lazarus”, “Trains” o “Heartattack In A Layby”, melódicos, pausados, sutiles y preciosistas y que nos hacen recordar a lo que Wilson desarrolla en su proyecto BLACKFIELD, junto a Aviv Geffen, fenómeno pop en Israel.
Sólo nos queda hablar del quinto corte del disco “Way Out Of Here”, tema que nos recuerda, al igual que el ya mencionado “Sleep Together” con el que el disco se cierra, a los tiempos ambient de la banda discos como el “Signify” o del “The Sky Moves Sideways”.
Estamos ante un disco que rebosa calidad instrumental por parte de toda la banda (donde además del recursivo y sutil Harrison, destaca la labor de apoyo de los teclados de Richard Barbieri), que se recibe con agrado ente tanto disco y banda progre anodina, repetitiva y manida y que demuestra que PORCUPINE TREE no es una banda de rock progresivo sin más, sino un fenómeno de honestidad y creatividad musical donde los temas están muy cuidados tanto en sus partes como de forma holística; en las antípodas del corta-pega, vaya. Por algo será que este grupo gusta a un amplio espectro de los seguidores del rock y del metal en general, más allá de etiquetas.
Comentario por Fuga Psicogénica
Fotografía por PORCUPINE TREE