Hace ya 31 años desde la primera Semana Negra y 19 desde que Metallica suspendieron el concierto de Gijón y siguiendo a una bandada de heavies con las camisetas del revés acabamos topándonos de morros con el bolazo de Rafa Kas que nos hizo descubrirla. Desde entonces la hemos vivido de todas las maneras posibles, como chavales borrachos de sidra hasta el amanecer, como aficionados a la literatura disfrutando de cada presentación de libro, como padres primerizos corriendo detrás de los niños en los cuentacuentos de Burbuja y ahora… poco a poco intentando conjugar un poco todo, el beber, el leer, el ver conciertos y el montarse en los cacharros. Una vez leí en A Quemarropa que la SN eran unas fiestas patronales en las que en lugar de santos y misas había libros y me parece la mejor definición posible.
Dice mi teléfono que ayer hicimos los 10.000 pasos, pero no sabe que fue mucho más que eso; aprendimos a decir “Jërëjëf” en Wólof, flipamos al encontrar en los puestos “A Dos Metros Bajo Tierra” a 30 euros, pudimos escuchar la mesa redonda de la Fundación José Barreiro, y la presentación de la revista M21. Así es la Semana Negra y es una de las cosas que me flipan de ella, no es un ambiente específico o exclusivo, más bien de la que vas camino de comprar una patata cocida a la bolognesa pillas a alguien a mitad de frase hablando de que “la cultura es un derecho humano y las instituciones tienen el deber de garantizarle” y te quedas clavado escuchando durante un buen rato, entonces te ponen una revista en la mano llena de comics, y de artículos interesantísimos, y claro, comer la patata cocida se convierte en otra cosa.
También estuvimos visitando la exposición Derrumbando Estereotipos sobre la subjetividad femenina en el comic con Obras de Laura Pérez Vernetti, Emma Ríos, Marika Vila, Raquel Lagartos y Antonia Santolaya. El feminismo ha sido un tema muy presente en esta edición, por cierto, pudimos escuchar fragmentos varios monólogos y charlas sobre el tema de la que íbamos y veníamos.
Nos compramos unos Asterix de segunda mano a un euro, nos subimos en la noria infantil y el dragón y paramos a tomar algo en la carpa de Black Sea, que nos llamó la atención porque estaba decorada con Medusas hechas con vasos y plástico reciclado.
Justo después de pedir nuestros Kalimotxos empezó un concierto bastante bluesero con versiones de The Rolling Stones, The Kinks, Rosendo o Rory Gallagher entre otros. Cuando el cantante se bajó durante un instrumental y le pregunté por el nombre de la banda me dijo que eran “La de mi Madre”, porque estos dos (señalando a los guitarristas) son “La de mi Madre”.
SEMANA NEGRA
Publiée par Noche de Rock sur Samedi 7 juillet 2018
Dice un amigo mio que hay que saber con qué músicas amenizar cada evento, porque no vas a poner a un grupo de Death Metal a tocar en una fiesta infantil y sé que tiene algo de razón, pero sólo en parte, porque en la Semana Negra lo mezclan todo y a nadie se le caen los dientes. Justo enfrente de Black Sea está la Carpa Cimata y allí comenzaba un bolo de Crust de una peña llamada Dumange, formada por miembros de peña que conocéis de sobra, como Okban, The Constant o Tragic Vision. Pues allí ante un público de lo más variopinto descargaron lo suyo todo el mundo se quedó tan a gusto. La noche seguía con Absalem, Sound of Silence y Rorshack, además de muchos otros conciertos en otras carpas y el escenario principal, pero a nosotros se nos hacía un poco tarde con los pequeñajos así que nos fuimos a tomar un colacao y de vuelta para Cantabria.
La Semana Negra es un espacio inabarcable, hay gente que opina que está demasiado masificado y diluido, pero a mi es lo que me fascina. Asturias es referencia con jornadas tan interesantes como Celsius 232 o Metropoli, pero no hay que olvidar que el germen de muchos de esos movimientos surgió en esta vorágine llamada Semana Negra.