Mientras se celebraba este año el Festival de terror, fantasía y ciencia ficción Celsius 232, una especie de spinoff de la Asturcon dentro de la Semana Negra de Gijón, los planetas se han alineado y he podido asistir aunque solo fuera el último día, sin su noche. Y es una pena, porque comenzando el pasado miércoles, ya estaba “todo el pescao vendido”. Las noches también son muy interesantes, pero para eso hay que alojarse allí, o dormir bajo un puente, lo que a ciertas edades ya no es una opción.
La entrega de premios a cargo del cuerpo directivo del festival, con la divertida Cristina Macía al frente, además de los Kelvin 505 (estatuillas con un sospechoso parecido al amo Cthulhu) a las mejores novelas en varias categorías, contaba este año con la novedad de los premios Lorna al mejor cómic, en presencia de Lorena Azpiri en sustitución de su fallecido padre.
El festival se ubica en la zona antigua de Avilés, muy cerca del Centro Niemeyer, con una serie de casetas de editores, muchos de ellos independientes y realmente pequeños pero sobradamente preparados. Casetas de firmas con sorprendentes colas de fans. Otras para actividades infantiles. Una gran carpa con más puestos de venta de libros, merchandising, juegos, pinturas y carteles… y una sala para charlas y presentaciones. Los actos con más asistencia de público se desarrollan en el auditorio de la Casa de Cultura, que está justo al lado.
Además, otros eventos por la bonita ciudad de Avilés crean la sinergia necesaria para que estas cosas triunfen. Cine al aire libre, esgrima, conferencias, cosplay, videojuegos, reuniones de lectura y diálogo con autores en bares, restaurantes y hoteles… La cercanía y cordialidad entre autores y público es lo más llamativo, nada que ver con la distancia que se palpa en las firmas de libros de otras convocatorias.
Personajes como Joe Abercrombie, George R. R. Martin, Mariana Enríquez o Tim Powers ya se han paseado por aquí. Otros como Cixin Liu se han llevado premio pero aún no han venido a recogerlo. A destacar la impresionante presencia de autoras y aficionadas, que hacen pensar que esto de la literatura de género fantástico ya no es una exclusiva de tíos con granos y sin novia.
En resumen, una actividad muy interesante para disfrutar en media pensión.
Alberto Cifrían