THE HOLLIES – Butterfly
En un año fuertemente marcado por la locura de la psicodelia dictada por los fabulosos de Liverpool (Sgt. Pepper’s Lonely Club Hearts Band, Magical Mystery Tour…), la banda más odiada por John Lennon también se sumaba aportando un par de álbumes (Evolution y el propio Butterfly, al que estoy dedicando estas líneas), aunque de una forma mucho más discreta que los propios Beatles u otras bandas como Rolling Stones (con Between the buttons y Their Satanic Majesties request), The Who (con The Who Sell Out), Small Faces (con There Are But Four Small Faces), Moody Blues (Days of future passed) o los americanos Beach Boys (con sus fantásticos Smiley Smile y Wild Honey) dónde se atreven y arriesgan en sus experimentaciones con mucho acierto, mientras que los de Manchester (tomando mucho más protagonismo vocal Graham Nash en el que sería su último disco con la banda antes de su aventura americana junto a David Crosby y Stephen Stills, y ocasionalmente Neil Young) dan la sensación de quedarse a medias, de no echar toda la carne en el asador, dentro de la locura de los artificios y arreglos psicodélicos se aferran a la cordura de estribillos pegadizos pop con sus características armonías vocales, sello de la casa Hollies, echándose en falta algo más arriesgado y experimental, quizás sea por eso que este álbum se encuentre mucho peor valorado que los álbumes del mismo año de sus compañeros de época que ya he citado, aún conteniendo buena materia prima en sus canciones.
A pesar de ello el álbum en sí me deja buen sabor de boca, sobre todo los cortes “Pegasus” (dónde Tony Hicks está mucho más cerca de la pretensión de la banda con este álbum), “Maker” (de Graham Nash, quizá el tema más psicodélico del álbum gracias a los arreglos de sitar), “Postcard” (hermoso y fresco pop a cargo también de Nash) o la fabulosa y colorida “Butterfly” (de Nash también) que con todos esos arreglos orquestales me evocan recuerdos de los Moody Blues. A medio camino se queda “Dear Eloise” con una magnífica intro de órgano y voz, que siendo el corte que abre el disco nos hace soñar con algo realmente épico y pronto se torna a un sonido mucho más manido de pop convencional y armonizadas voces de Allan Clarke y Graham Nash. Otros temas como “Away away away” y “Wishyouawhish” están mucho más cercanos al también de moda en aquella época, Pop Barroco o el genial “Elevated Observations?” en la onda de las canciones “folkies” de los Beatles.
¿Qué si recomendaría este álbum? Por supuesto que sí. A pesar de todo lo dicho el álbum es mucho más que aceptable, es esta bueno. El problema es cuando lo comparamos con los anteriormente citados del mismo año, que hace un “efecto óptico” en el que parece mucho más “pequeño” de lo que realmente es. Tras este trabajo, Graham Nash no volvería a trabajar con la banda hasta 1983. Y no podría despedirme de esta pequeña reseña sin hacer mención especial a la portada, quizás lo más cercano a la psicodelia de todo el disco. Incomprensiblemente a finales de los años 70’s fue cambiada por otra mucho más convencional, y afortunadamente con la aparición del CD volvió a sus orígenes.
Comentario por Dako