RUSH – Moving Pictures
Hace unos días, un viejo amigo (Oskar Sánchez) me hizo una proposición que no podía dejar pasar: se trataba de escribir unas líneas sobre lo que, desde mi punto de vista, se trata de uno de esos discos que son capaces de cambiar tu forma de entender la música y tu punto de vista sobre la responsabilidad que supone ser un músico. Y no es algo fácil.
Es así por una simple razón, se trataba de una época en la que la música que estaba haciendo por aquel entonces no me acababa de llenar del todo, aunque estaba más que contento de poder tocar con mis amigos (algo que no ha sucedido siempre desde entonces). Esa mezcla de sensaciones e inquietudes acabó explotando cuando encontré, en una tienda de discos que había en el centro comercial Valle Real, un vídeo recopilatorio de Rush que llevaba allí seguramente desde que abrió dicha tienda. En cuanto lo vi, recordé que ese grupo se trataba de una de las principales influencias de Mike Portnoy y John Petrucci de Dream Theater y no podía esperar a comprobar que había de Dream Theater en Rush (hoy en día me pregunto justamente lo contrario, ¿qué hay de Rush en Dream Theater hoy en día?).
Se trató de la mayor sorpresa que me había llevado en esto de la música hasta aquel entonces. En el recopilatorio había temas que me sonaban mucho más cercanos al pop de los años 80 que a los Theater. ¿Pop? ¿Qué hago yo escuchando esto? Esas eran las preguntas que me hacía a mí mismo cuando di al play de aquel VHS. Me gustaron esos temas que pertenecían a su etapa más ochentera (“Grace Under Pressure” y “Signals”), pero cuando escuché “Tom Sawyer” se me pusieron los pelos de punta. Sintetizadores, compases irregulares, melodías progresivas, bajos saturados, solos de batería en medio de un tema… Y, además, se trataba de un trío. ¿Tres tipos tocando eso? No podía ser, no me lo creía. Así que el siguiente paso lógico fue comprarme ese disco en particular: ”Moving Pictures”.
El primer tema del disco era Tom Sawyer, una mezcla entre hard rock, psicodelia y rock progresivo con algunas frases que se te quedan clavadas en el subconsciente (“Su mente no se alquila por ningún dios o ningún gobierno”). Se trata, desde mi punto de vista, de la definición del rock progresivo. Si hubiera un diccionario de estilos musicales, “Tom Sawyer” debería abrir el capítulo dedicado al progre por derecho propio, se trata de la bandera de un estilo y una manera de hacer música.
La siguiente canción era Red Barchetta, con el tiempo se convirtió en mi favorita de aquel disco. Me sigue encantando la historia que hay detrás del tema y lo sugerente que es la parte del puente, realmente parece que estás montado en ese coche rojo conduciendo a todo velocidad por un circuito.
YYZ se trataba de un tema instrumental que se convirtió en mi meta como batería, en aquel momento pensaba que se era capaz de tocar aquel tema palo a palo era capaz de hacer cualquier cosa (¡bendita inocencia!). El nivel musical de Neil, Geddy y Alex es insuperable, pero además consiguen llegar más allá del simple circo con el puente en el que Geddy Lee se pasa a los teclados y Alex Lifeson clava uno de sus solos clásicos, después de dar tres mil notas utiliza sólo tres que no se olvidan, y eso es arte.
Limelight se trataba de una canción pensada para la radio, era hard-rock con toques progres, un buen estribillo, letras inteligentes (desde mi punto de vista, Neil Peart puede tratarse de uno de los mejores letristas que he conocido), pero cuenta con el mejor solo de guitarra de Alex de su carrera. Me conmueve en todos los sentidos, a pesar de ser un tema muy radiofónico, en el que se supone que el solo de guitarra suele estar en lo más alto del tema, Lifeson construye un solo desde muy abajo y va creciendo y creciendo, como él sabe hacer mejor que nadie. Más que un acierto.
“The camera eye” se trataba de un largo tema muy experimental en el que las métricas cambian al igual que las atmósferas creadas por los sintetizadores de Lee. Me encantan los fills de batería de Neil Peart sobre esos teclados a corcheas del inicio del tema, creo que deberían recordarse como auténticos clásicos de la batería junto a Rock N´Roll de Led Zeppelin o Black Night de Deep Purple.
“Witch Hunt” es un tema que impone gracias a sus atmósferas, no sólo por los teclados, sino también por la producción del tema en general. Reverbs enormes en las voces, guitarras y baterías contribuyen a esta atmósfera inquietante. Algo que no se puede reproducir en directo, pensaba en aquel tiempo, pero en su directo “A show of hands”, el tema cobra más profundidad aún, algo que me rompió los esquemas de nuevo, como ocurre con el siguiente y último tema.
“Vital Signs” se trata de un reggae progresivo. Parece descabellado para su época y también hoy en día, pero Rush hacen que funcione. El arreglo es reggae, pero la intensidad del tema pertenece a un género totalmente distinto. Es de destacar el solo de bajo que se marca Lee en la parte final, el sonido y lo que toca me parecen geniales. De hecho, me parece el mejor sonido de bajo que ha conseguido hasta la fecha, con la justa proporción de sonido distorsionado y sonido limpio. He escuchado ese tema muchas veces, ya que al final del tema, en el fade out, Neil se marca unos cortes que me siguen pareciendo geniales, ¡qué pena que siempre los más arriesgados estaban en la parte en la que el volumen era tan bajo que casi no se apreciaban!.
Así que, como conclusión, puedo afirmar que aquel disco me hizo entender que había que perseguir lo que te apasionase en la música, aunque eso suponga que debas cambiar de grupo o debas pasarte un tiempo en el banquillo hasta encontrar a alguien con las mismas inquietudes musicales. Me dije a mí mismo “yo quiero hacer eso mismo”, y básicamente es lo que he intentado hacer hasta ahora. Se podría decir que ese disco me cambió en este sentido y sigo reescuchándolo año tras año y sigo sorprendiendome de lo arriesgado que era. Nadie se atrevería a hacer esa mezcla de estilos hoy en día, a no ser que quieran finalizar su contrato con Magna Carta. Si no lo conoces, no te lo pierdas.
Comentario por Chus Gancedo