FAZ DIA EM PORTUGAL!
Volvemos de Santana 27 apabullados por una noche intensa en la que Moonspell hicieron de Mephistófeles para un viaje hacia el Portugal del siglo XVIII.
Siempre me ha dado la sensación de que los Españoles tenemos tan olvidada a Portugal como el resto de Europa nos tiene a nosotros. Tendemos a pensar que cualquier portugués hablará nuestro idioma con bastante corrección “porque nos tienen al lado” sin haber hecho nunca ningún esfuerzo por aprender el suyo. Básicamente la misma actitud que criticamos en los ingleses cuando nos visitan. Por eso me provocó una buena carcajada la ironía de Fernando Ribeiro al disculparse diciendo “Perdonad si mi español no es muy bueno… pero es bastante mejor que vuestro portugués”. Es evidente que un disco centrado en el terremoto de Lisboa en el año 1775 iba a funcionar mejor en su propio idioma, pero creo que han aprovechado muy bien la oportunidad para dar un paso más allá en su madurez y reivindicación de su propia identidad y cultura al presentarlo con esta gira “pequeña pero honesta” (sic.) con tres bandas de su entorno.
Con bastante poca gente en la Santana (Un lujo verles tan cómodamente a todos, pero descorazonador ver como las cosas se ponen económicamente cuesta arriba para que podamos seguir teniendo giras de este tipo al lado de casa) comenzó el concierto de Norunda, a los que había tenido poco tiempo de investigar. Por lo que he podido saber están a caballo entre Galicia y Portugal y lo que presentaban era su primer álbum que lleva por título “Irruption”. Hacen un Thrash Metal bastante melódico que en ocasiones me recordaba a la etapa intermedia de Megadeth, e incluso a Slayer en algún fraseo de la voz. Dieron un concierto muy correcto en todos los sentidos, con buenos pasajes instrumentales y especial mención para su batería y su manejo del doble bombo. El público tardó en entrar en calor, pero los aplausos tras “Infoxication” y el rotundo SÍ tras el consabido “Queréis otra?” hicieron ver que estaban ganando más adeptos de los que parecía a simple vista.
Bizarra Locomotiva llevan funcionando en Portugal desde mediados de los noventa y sin duda querían aprovechar esta oportunidad para derribar la frontera y llevarse en el bolsillo unos cuantos seguidores españoles. Con su guitarrista absolutamente enfundado en una especie de traje negro de latex ajustado que le hacía parecer una sombra o un espíritu de una peli manga, el teclista con una pose andrógina y cybergoth, el batería repartiendo mamporros a la par que las bases electrónicas y el cantante (una mezcla hipermusculada entre Till Lindemann de Rammstein y Cueto de Lucifuego), saltando la valla de seguridad para invadir el espacio del público y obligarle a bailar, estaba claro que iban desde el inicio a por todas. En principio parte de la gente reaccionó con un algo de susto, retrocediendo un paso hacia la zona de sombra por si las moscas, pero poco a poco fueron ganando fieles que fueron arrollados sin piedad por su extraña locomotora. El concierto tuvo su punto álgido con la colaboración de Fernando Ribeiro que venía a demostrar la comunión entre las dos bandas y el esfuerzo de Moonspell por darles a conocer en España. Estuve investigando un poco su discografía y me dio la sensación de que no refleja del todo la fuerza de su directo. Espero que vuelvan pronto, porque aquí al menos han hecho un fan.
Lo de Moonspell fue un auténtico acto de valentía. Al terminar el bolo había alguna gente en el baño enumerando los temas clásicos que no habían tocado, supongo que siempre hay gente que prefiere ver el vaso medio vacío y lamentarse de lo que no sucede en lugar de disfrutar de lo que ha visto; A mi me pareció increible. Todo el concierto giró sobre el concepto de 1775, con una extensa primera parte en la que interpretaron el nuevo álbum al completo, para seguir con un par de clásicos y siete bises Alma Mater, Vampiria, Opium, Awake, Mephisto, Ataegina, Full Moon Madness. El hecho de incluir un tema como “Ataegina” que dedicaron en el Wolfheart de 1995 a la diosa adorada por íberos y lusitanos nos dio la pista de que la selección de bises no era casual, ya que si este tema no encaja muy bien en lo que vienen haciendo últimamente a nivel musical, sí que lo hace en el concepto de reivindicación de su cultura y lengua, de hecho, si te fijas la mayoría de los temas escogidos incluyen versos en ese idoma.
Esta es la cuarta vez que vemos a Moonspell y cada vez ha sido mejor que la anterior, les hemos visto en su etapa más gótica y en su etapa más death/black, en sala y en festival, de teloneros y de cabezas de cartel y da igual, siempre lo bordan. Este fue un concierto cargado de atrezzo y teatralidad, con Fernando desplegando todos los trucos visuales que ha ido acumulando en su carrera (el candil, la capa de vampiro… ), y otros nuevos para servir a la historia de este nuevo álbum. Musicalmente sonaron atronadores, (pese a que la sonorización no fue perfecta), y tan encajados que hubo varios momentos en los que los que venimos siguiéndoles el último par de décadas rozamos el éxtasis musical. En definitiva, no sólo es aquello de “el que tuvo retuvo” es que una vez más están en el punto álgido de su carrera y siguen hacia arriba, aportando nuevos matices y afianzando su personalidad. Este fue uno de esos conciertos en los que no sólo sales agradeciéndote a ti mismo haberte decidido a ir, si no lamentándote por las giras en las que les dejaste pasar.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.