CUATRO ESPOSAS Y UN FUNERAL: El ciclo de “Los Conciertos de El Soplao” fue ayer clausurado con “Jazz Funeral”, un original espectáculo que aunó música, danza y teatro.
A finales del siglo XIX fallece Tomás en un fatídico accidente en la mina donde trabajaba. Una explosión de grisú segó su vida, dejando a sus cuatro esposas en un mar de lágrimas. Tomás, además de mujeriego (prueba de ello sus 4 esposas que repartía de lunes a jueves), era lo que se dice un canalla encantador que a todo el mundo encandilaba.
El cortejo funerario salió de la mina entre los lloros y lamentos de las viudas, acompañados por la banda de jazz que homenajeaba al fallecido. Tras el entierro, todos fuimos invitados en la cantina a tomar un té del puerto y a danzar celebrando la vida al más puro estilo Nueva Orleans.
La música corrió cargo de la Charlot Dixie Jazz Band, los actores pertenecían al Estudio de Rosa Casuso y los bailarines eran alumnos de la escuela Swingtander que lidera Jesús Terán.
Quizás se echó en falta que la música hubiera tenido más protagonismo, como sí lo tiene en los “Jazz Funerals” reales. Creo que el público habría agradecido sentirse un poco más inmerso en el ambiente del emblemático barrio Treme. No obstante, propuestas como el espectáculo de ayer son bien recibidas porque dan un soplo de aire fresco al panorama cultural de la zona.
Con “When the Saints Go Marching In” sonando de fondo nos despedimos hasta el próximo concierto donde celebraremos la vida o ¿por qué no? la muerte.
Crónica por Nuria de la Vega, fotos por Luis Alberto Marcos.