UNDERGROUND CVLT: Nuestro primer contacto con un festi gallego que ya alcanza su octava edición. Gran organización, grandes bandas y unas minivacaciones cojonudas que ni siquiera la lluvia consiguieron estropear.
Hace algunos meses, en algún lugar de Facebook que no consigo recordar vi el cartel del Kanekas. Me quedé un poco impresionado porque parecía que nos habían hecho la selección de bandas a medida; no tengo que explicaros la admiración que tenemos por Aathma, especialmente desde que les trajimos a tocar al Aniversario de Noche de Rock y descubrimos que además de una banda increible son gente honesta y humilde que se está ganando un nombre a puñetero pulso, currando cada paso. Creo que ya conté que tenía marcada en rojo su matiné del New y me la tuve que perder al final por asuntos familiares ineludibles. Igualmente expliqué el año pasado en esta misma sección como nuestro viaje al Poble Espanyol de Barcelona tuvo como único “pero” un retraso de Vueling que nos hizo perdernos a dos de las bandas que más ganas teníamos de ver Iamthemorning y Obsidian Kingdom. Seguramente no tengo que insistir en estos últimos, porque desde que les descubrimos con “Mantiis” nos hemos hecho de su apostolado. Seguimos soñando con traerles en alguna ocasión a Cantabria y que tengáis oportunidad de verles, tarde o temprano de una manera u otra tendrá que suceder. Morphium ya me habían llamado la atención cuando nos enviaron “Crónica de una Muerte Anunciada”, pero despertaron en mí verdadera curiosidad tras la recomendación encarecida de Estefanía de Mind Driller y tras la charla con Alex Bace que puedes escuchar en el episodio 1055 de nuestro archivo en Ivoox, en la que nos hablaba de su periplo Japonés. De Insaniam sólo sabía que habían ganado 28 Villa de Bilbao, y un vistazo a la grabación de ese directo en Youtube me bastó para apuntarles en la libreta de “A Estos Hay que verles Sí o Sí”. Por último Hongo, que eran los que menos tenía controlados, pero que desde hace un montón de años he tenido buenas referencias suyas por parte algunos amigos que andan más cercanos a su rollo.
La cosa es que vi el cartel y eché mano a la billetera para sacar las entradas online del tirón… y no encontré donde, porque resulta que encima, todo ese cartelazo lo íbamos a poder ver por la jeta. Nos hemos fundido un depósito y medio de gasolina, hemos pagado un par de noches de hotel, nos hemos puesto hasta arriba de pulpo, de Albariño, de Gin Tonics y de pimientos de Padrón y aun así nos ha salido el tema parecido al abono de un festi de moda. Que cosas.
Como extra tengo que comentar que la zona en la que se desarrolla el Kanekas es muy bonita. Aprovechamos para hacer un poco de turismo y nos dio tiempo a pasear por el bosque encantado de A Finca do Frendoal, a descubrir un pueblo pesquero precioso como Combarros que nos dejaba estampas dignas de portada de Travis Smith y también a alternar y charlar en el propio Cangas do Morrazo donde encontramos un garito chulísimo llamado “El Templo” en el que tenían montado un pequeño Backline para que cualquiera pudiese improvisarse algo. Charlamos con los dueños y nos contaron mil batallas del lugar, enseñándonos fotos de la movida de los ochenta en aquella zona e incluso un pequeño documental de cuando tocaron allí los míticos Muro y se lió la de San Quintín.
El festi en sí lo monta una gente llamada Morräzica. Por lo que he podido indagar es una peña de valientes que con un poco de ayuda institucional y mucho trabajo desinteresado sacan adelante esta iniciativa por el mero placer de dar a conocer grupos que les gustan a un público mayor. Prueba de su empeño y saber hacer, fue la carpa que se sacaron de la manga a pocas horas de comenzar, cuando todo apuntaba a que íban a tener que suspenderlo todo.
Al ser un evento gratuito se mezcla el público que conoce a las bandas con mucha otra gente fan del metal pero no de esos grupos en concreto, que por lo que pude observar se acercan con actitud bastante abierta y ganas de pasar una gran noche, luego también se ve un continuo entrar y salir de curiosos más generalistas, que probablemente se arrimen por primera vez a un concierto de música bruta. A lo mejor a alguno le impresiona tanto el tema que se queda con nosotros y descubre un mundo, digo yo.
Tras algunas charladas más con la peña de los puestos y unas compras en el Merchandising comenzó el concierto de Hongo; Cualquiera que haya tenido la más mínima relación con el underground de este país habrá oido al menos nombrar a Black Panda, Ictus, o Nashgul… Bien, pues estos Hongo nacieron como sucesores de ese linaje, y llevan casi un par de décadas pateándose la península y parte de Europa. Que yo tenga controlados tienen un par de álbumes, un par de splits y una demo, y creo que en su día les conocí por alguna recomendación de Odio Sonoro, o puede que de Oidos Sordos, o puede que de escuchar algo suyo en algún recopilatorio de No North Zine, no lo se. Creo que en alguna ocasión han tocado por aquí por La Mina o en la Favela Crust de San Vicente además. Sin llevarles tan escuchados como al resto, tengo que decir que lo que más me llamó la atención es que debajo de una voz rollo Crust hay una elaborada capa musical con muchos más detalles de los que podría parecer a priori. Dieron un concierto potente y preciso, me pareció un buen gesto por parte del festi no olvidar su propia escena, ya que eran los únicos gallegos de los cinco que teníamos por delante.
La sensación con Aathma fue de recompensa. Hay algunas bandas que ya casi las sentimos como una apuesta personal y verles ayer tocar ante tanta peña, ver como todo el mundo se metía en el concierto nos dio tanta satisfacción como si se tratase de un triunfo personal. La sensación no fue de contacto tan directo como cuando les hemos visto en sala, es más, creo que ellos mismos siguen prefiriendo escuchar runfar sus propios amplis que el sistema de monitores, pero aun así supieron mantener un show puñeteramente denso, con ese aire místico que le da toda su ambientación de velas e incienso de sándalo, con Juan vociferando y gesticulándo muy metido en los temas. El material de avesta suena como un cañón, y en definitiva, les estamos viendo hacerse cada vez más grandes paso a paso y sentimos mucha alegría, porque lo merecen.
Morphium me dejaron absolutamente impresionado y eso que iba sobre aviso y las expectativas eran muy altas. Ya desde antes de entrar en el escenario se les oía vociferar en el Backstage como si estuviesen cantando un Haka Maorí, y la agresividad del bolo fue así todo el rato. Muy bien tanto las partes de presión como las más melódicas, tanto en el ambiente como en la voz, Con Alex asomándose al cebador y saltándose la valla para calentar a la peña provocando las situaciones más cafres de todo el festi. Se les nota el mundo que llevan encima. Por resumir diré que al viajar hacia el Kanekas comentábamos que con un pelín más de presupuesto a lo mejor acababan sumando un nombre internacional al Cartel, unos Enslaved o unos Leprous, por soñar. Durante el concierto de Morphium sentí que en realidad esos nombres internacionales ya estaban allí, lo que pasa es que además son de aquí al lado. Una cosa no quita la otra.
Obsidian Kingdom tuvieron la difícil labor de reconducir la velada hacia un terreno bastante distinto, pero para mi ese fue uno de los principales atractivos del festi; haber elegido a cinco bandas muy buenas y que no se hiciese para nada repetitivo. Mi respeto hacia Obsidian Kingdom es máximo, no sólo por habernos entregado dos obras maestras consecutivas como “Mantiis” y “A Year with no Summer”, si no, precisamente por haber escogido el camino valiente y no copiarse a si mismos si no entregar la música que tienen dentro sin paliativos de ningún tipo. Lo más curioso es que siendo dos álbumes bastante distintos, conviven de manera muy natural al ser intercalados durante el repertorio. Tras el bolo estuve charlando un rato con su batería y en la conversación salieron nombres como Solstafir, Depeche Mode, Der Blaue Reiter, Megadeth, Anathema, Ulver, Quaoar, Metallica, Gary Moore, Standstill o Crystalmoors… no encuentra uno mucha gente con la que poder conversar de MÚSICA a nivel global y sin cortapisas y creo que ese es el verdadero secreto de que tengamos una conexión musical tan fuerte con su obra. La incorporación de Irene como nueva guitarrista abre un mundo nuevo de posibilidades que estoy seguro que van a saber explorar sin ningún miedo y eso hace que ya estemos absolutamente expectantes ante el nuevo material que ya están comenzando a escribir.
Insaniam tienen una parte visual muy fuerte, van enmascarados hasta el extremo, con cierto aire de película de terror de serie b, en el escenario llevan tres cadáveres ahorcados colgados del techo y se ensañan a patadas con ellos dejándoles oscilándo como un pédulo macabro que acompasa el sonido de la destrucción con el que pudren a quien lo escucha. Ojo con ellos porque no son ninguna puta broma, viéndo las pintas hay quien podría pensar que han dedicado su esfuerzo en buscar una imagen potente y esa es su máxima virtud, pero no es así en asoluto, son brutalmente técnicos y ofrecieron un concierto de Black Metal de primer nivel. Sus composiciones usan todo el abanico de recursos clásicos, desde Marduk hasta Dimmu Borgir, pasando por Emperor, pero precisamente ese apoyo escénico tan potente puede hacer que se hagan un hueco a codazos entre tantos miles de bandas del género. Realmente no me importa demasiado, osea, ojalá lo peten por ahí fuera, pero si no es así nadie va a ser capaz de arrebatarnos el caos y la experiencia tan jodidamente física que nos legaron como colofón a una noche increible.
Hemos ido a macrofestivales, probablemente volveremos en el futuro, alguna vez. Pero si tuviese que elegir, tengo claro que es en este nivel en el que más cómodo me encuentro. Con bandas a las que puedes tocar y con las que puedes charlar. Con los ámplis pegándote en el morro sin 200 filas de personas delante, con un sólo escenario o dos a lo sumo. Con el respeto que supone saber que hay alguien dejándose el pellejo mientras actúa y que la oferta es lo suficientemente válida como para no tener que dar mil alternativas para que nadie se aburra durante un segundo, para que nadie tenga la oportunidad de dedicarle unos minutos a una banda que no conocía y descubra a sus nuevos favoritos. Prefiero mil veces un restaurante con un par de platos ricos que un self service con todo a medio cocinar y en definitiva me harta un poco el empaño de todo y el “I Want it All, I Want it Now”. La música, si se siente de verdad, requiere un poco más de paciencia y dedicación. Es en este nivel, entre el Vidiago, y el Blackout, en un modelo de funcionamiento parecido, por ejemplo, al Rebujas, entre los festis modestos o el Be Prog o el Minuendo entre los más ambiciosos, en el que más a gusto nos encontramos. Quiero decir con todo esto, que no tengo ni idea de quién va a tocar el año que viene, en Cangas de Morrazo pero que así a cierra ojos, como nos cuadre lo más mínimo, es bastante probable que volvamos.
Crónica por Oskar Sánchez, vídeos por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez y un señor que pasaba por la calle.