Es probable que a muchos de nuestros lectores y oyentes el nombre de Def Leppard les evoque el hard rock / A.O.R. más pasteloso, es cierto que al igual que otras bandas de su época su madurez no ha sido tan interesante como lo fue su juventud, pero creemos necesario hacerles un hueco en esta sección y recuperar uno de sus albumes más representativos.
Era el año 1983 y Def Leppard buscaban el espaldarazo definitivo tras dos álbumes de éxito moderado. Era el momento de echar el resto e intentarlo con todas las fuerzas en un album que por momentos se les hizo muy cuesta arriba. Las sesiones de grabación se alargaron mucho más de lo previsto, con su contrapartida económica, e incluso Pete willis fue expulsado de la banda y sustituido por Phil Collen durante las mismas. Eso no afectó lo más mínimo al resultado final, ya que quien estaba detrás de los mandos tenía muy claro a donde se dirigía la nave.
Robert John “Mutt” Lange, productor con quien venían trabajando desde el anterior High ‘n’ Dry sería el encargado de hacer sus sueños realidad, participando de manera integral también como arreglista. Algo debía de saber el hombre cuando había estado implicado en el éxito del último par de albumes de AC/DC. Algo debe saber aun cuando sigue trabajando hasta el día de hoy en álbumes de éxito como el Drones de Muse, por ejemplo.
Dicen que un malhumorado Rick Allen le lanzó una baqueta al considerar abusivo el sonido de cajas de ritmo con el que se estaba dotando al resultado final. Es curioso, no sólo porque incipiente tecnología aplicada a la sección rítmica iba a pasar pronto a ser su máxima aliada tras el accidente de coche en el que perdió un brazo, si no porque esa sobreproducción se convertiría en una de las señas de identidad más reconocibles de la banda en siguientes discos.
Pyromanía es sin duda el punto de inflexión. El disco en el que mejor se combina el sonido heavy que venían arrastrando con ese enfoque comercial que les abriría las puertas de las radiofórmulas consiguiendo que vendiesen 20 millones de álbumes, la mitad de ellos ultramar. Los vídeos de Photograph o Rock of the Ages fueron emitidos de manera regular en la MTV cuando la M aun significaba Music. En contraposición cortes como Stagefright, Die Hard the Hunter o Too Late for Love mostraba a unos Def Leppard mucho más crudos, aunque sin perder de vista el estribillo quedón.
De alguna manera Pyromania define muy bien a los ochenta y el paso del hard rock por aros más comerciales. Ahora nos puede sonar extraño que toda una corriente de bandas hiciese un esfuerzo por adaptarse a los cánones de la comercialidad, pero no hay que olvidar que en aquellos años, esta música aun sonaba en las radios, así que el éxito y la fama estaban ahí a la mano de las bandas de rock que supiesen alcanzarles
Comentario por Oskar Sánchez