QUE EL CAOS NOS PILLE BAILANDO: Dicen que la escena está muerta, los que estuvimos el sábado en el New, no estamos nada de acuerdo.
Cada vez estoy más de acuerdo con la opinión de gente cercana, de considerar igual de importante un directo de calidad, que el ambiente de diversión que genera el mismo.
El pasado sábado nos acercamos al Rock Beer The New, con muchas ganas de ver a Knives y Gathering Darkness, a los primeros por los vídeos que había visto de la banda, en los que prometían de dar mucha tiza, por lo que tenía mucha curiosidad de comprobarlo in person y a Gathering por ser un grupo conocido, y el buen recuerdo que guardo de sus directos pasados.
En ésta ocasión, los asistentes fueron super puntuales; antes de las 20:30 hrs, alrededor de 20 personas se agrupaban en la entrada hablando sobre qué se iban a encontrar y deseando que empezasen a su hora… pero no fue así, el concierto empezó sobre las 21:45 hrs. Lo que por otra parte, vino estupendamente ya que los “retrasados” duplicaron la cantidad de asistentes y no se perdieron nada de nada.
Los primeros fueron los Bilbaínos Knives, y efectivamente mis expectativas no fueron erróneas para nada, nos peinaron para atrás de principio a fin, no bajaron de intensidad en ningún momento, y Vlad Crapul se pasó más tiempo cantando a la cara a la gente, que en el escenario, ni siquiera algún pequeño fallo con el micro consiguió frenarlo. Un pasadón.
Después vinieron Gathering Darkness, los vecinos que llevaban 7 años sin subirse a los escenarios y además presentaban su nuevo disco “The Heat of a dying sun”, que se tocaron prácticamente enterito excepto los dos últimos temas. La motivación que había por volver a ver a ésta gente era bestial, evidente ya no sólo en las conversaciones pre concierto, si no en la forma en la que se fue caldeando el ambiente, que empezó con cabeceos y coros de los asistentes hacia los grupos, y terminó con una barbaridad de stages diving que tuvieron lugar una y otra vez; ya no sólo por parte de Lavín, si no por muchos fans que no dudaron en tirarse al público y en los cada cada vez más gente se animaba a apoyar.
Desde luego, fue una auténtica gozada y descarga de adrenalina, que ojalá se repita muchas veces.
Crónica por Álex Kennedy, fotos por Álex Kennedy.