BROCHE INSONORO: Insonoro ha tirado este año la casa por la ventana, se ha liado la manta a la cabeza y ha conseguido ofrecernos una noche absolutamente memorable con Hamlet de protagonistas como fin de fiesta para los grandes conciertos que han organizado este año.
Dicen que un momento antes de morir toda tu vida pasa ante tus ojos, con los conciertos de las bandas que llevas mucho tiempo siguiendo pasa un poco lo mismo. Ayer fue una de esas, desde las Historias del Kronen, hasta las historias del “Motor” que se le parecían bastante, desde el vinilo de Peligroso que me regaló mi profesor de guitarra, hasta aquella (probablemente desastrosa) versión de “Qué voy a Hacer” que tocaba en directo con una de mis primeras bandas, un montón de filminas descoloridas almacenadas en tiempos remotos pasaron por mi cabeza. La última vez que les había visto en directo fue en el Renedo Rock, hará unos siete años y recuerdo que ese día me hice aun más consciente de que Hamlet no son sólo una banda de juventud con mil vivencias asociadas sino, objetivamente, una de las propuestas metaleras más longevas y sólidas del país.
La última vez que vinieron a Cantabria fue a la Pamara de Comillas, y por lo que contaban ayer varias personas que acudieron, dieron un conciertazo, como era de esperar, pero no se congregó apenas público para verles, probablemente porque Comillas siempre ha sido una plaza más propicia para los conciertos de punk, pero en parte puede que también por los malos años que hemos vivido en cuanto a afluencia a conciertos. Por uno u otro motivo esta vez eligieron una sala de pequeño aforo y sumaron el apoyo promocional de una de las webs más honestas y currantes de todo el país como son nuestros colegas de Insonoro. Así pues, ventajas de la crisis, lo de anoche no fue sólo Hamlet en Santander, si no Hamlet en tu puta cara, con intercambio de fluidos, cómo decía la semana pasada Humberto de Trallery sobre esas mismas tablas.
La impresión fue tal que a los pocos minutos de empezar ya se nos había olvidado el enfado por la hora y pico que nos tuvieron esperando bajo la lluvia, el aluvión de temazos de todas las épocas nos volvió a traer a la cabeza un pensamiento que ya hemos compartido más veces; Hamlet siempre han incluido sonidos “de actualidad” en sus canciones, y sin embargo siempre han sonado a ellos mismos. Es escuchándoles así, juntos y revueltos cuando uno se hace más consciente de la coherencia de su propuesta.
Redundar en lo impecable de la ejecución, en la pegada del sonido o en la actitud de banda enorme enjaulada en un escenario de pequeña sala es inutil. Como muestra de lo vivido sólo podemos enseñar las cicatrices y un par de vídeos que os hemos traído de recuerdo. La peña motivada como en los bolos más grandes, y gran ambiente de compadreo, porque al fin y al cabo, creo que muchos tuvimos la sensación de conocernos de mil batallas y estar juntos disfrutando en familia de uno de los palos mayores de la baraja española. Gracias Black Bird, gracias Hamlet, gracias Insonoro.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.