¡Al abordaje grumetes!
Los piratas escoceses Alestorm y los islandeses Skálmöld comenzaron su gira por España en Bilbao el pasado Lunes 10 de Diciembre. Y para allá que nos fuimos, un Lunes, sí. Sorprendentemente había más gente de la que me esperaba para ser el comienzo de la semana, pero aun así no éramos más de 100 personas.
Skálmöld: técnicos, penetrantes, cercanos.
El concierto comenzó muy puntual con este grupo de viking-metal islandés, que personalmente no conocía. Equipados con tres guitarras, una batería, un bajo y un teclado, contaban con la voz potente de Björgvin Sigurðsson, aunque todos los miembros del grupo realizaban coros. Sus letras, completamente en islandés, están inspiradas en la mitología nórdica, ya sólo viendo el significado del nombre del grupo os podéis imaginar “Edad de las espadas”.
En comparación con lo que luego iba a venir, me pareció un grupo más técnico y melódico, perfecto para ir motivándote poco a poco. No se comunicaron en exceso con el público, pero consiguieron animar a los pocos metaleros que habíamos a primera hora, arrancando palmas, gritos o saltos. Teniendo en cuenta que la gran mayoría del público íbamos principalmente por Alestorm, ha sido un concierto de una hora que no ha dejado indiferente a nadie. Lo bueno que tiene este tipo de conciertos y de salas, es que después te permite interactuar con los grupos. En esta ocasión, los miembros de Skálmöld se mostraron muy cercanos y humildes cuando bajaron a la pista para sacarse fotos y hablar con los que allí estábamos presentes.
Alestorm: fiesta y cerveza aseguradas.
En el parón entre uno y otro, la crew de la banda iba ultimando detalles técnicos, y visuales como inflar el pato gigante situado entre la batería y el teclado. La intro en sonido 8 bits comenzó a animar al público hasta que la banda salió a escena con la canción “Keelhauled”. Si tuviera que describir cualquier show de Alestorm se resumiría con la palabra fiesta. Dieron espectáculo, buena música, interactuaban constantemente con el público, los cuales no paramos ni un momento de saltar, corear, aplaudir, y un largo etcétera, durante la hora y media de concierto que dieron. Venían a presentar su último disco “No grave but the sea”, aunque tocaron temas conocidos de anteriores álbums. Después de ese inicio potente, continuaron con la canción “Alestorm” donde destaca el gutural del teclista, y “Magnetic North” del disco “Sunset on the Golden age”. La locura del cantante Christopher Bowes conectaba directamente con todos, no paraba de bailar y beber Coronitas de trago como si fuese agua mientras continuaba tocando el teclado. Al grito de “¿Do you want party?” comenzó la canción de “Mexico”. A estas alturas del concierto, toda la sala estaba inmersa en esta particular fiesta pirata. Continuaron con “Over the Seas”, “The Sunk´n Norwegian” al grito de “One more drink”, empalmando seguidamente con “No grave but the sea”. Llegaba el momento de la balada de la noche “Nancy the tavern wench”, y qué mejor instante que este para hacer una remada cual piratas. ¿Y quién empezó esta remada?, pues los cántabros, cómo no! No sentamos en el suelo, comenzamos a remar, y toda la sala nos siguió, mientras el cantante hacía el mismo gesto.
Después de este divertido momento, nos preguntó “¿Are you ready for the battle?” para dar comienzo a “1741 (The battle of Cartagena)”, donde Christopher Bowes se animó a bajar entre el público. Había pasado más de medio concierto, cuando llegaría lo que Goyo Jiménez diría en uno de sus famosos monólogos “Temazo, tía!” la versión “Hangover”. Para ello, contaron con la colaboración de un compañero de la banda con guitarra acústica, y el capitán de la noche que salía a rapear, un grandullón que se bebió 10 cervezas de trago y de dos en dos. Esta diversión y buen rollo del grupo se notó durante todo el concierto, y lo que es más importante, esa capacidad de transmitírselo directamente al público. La noche continuó con “Pegleg Potion”, con “Bar ünd Imbiss” en palabras del cantante “esta canción va de beber cerveza y de matar alemanes”, “Captain Morgan´s Revenge” canción que da título a su álbum del 2008, y empalmaron con “Shipwrecked” que dio lugar a varios wall of death. Se aproximaba el final del concierto, y los allí reunidos lo dimos todo con las últimas canciones. Sonó “Drink”, continuaron con “Wolves of the sea” mientras todos coreábamos “with a hii hii hoo and a hii hii hey!”, y concluyeron con “Fucked with an anchor”.
Después del final del concierto, Christopher Bowes fue el primero en bajar a la pista para hablar con el público, y sacarse fotos de lo más divertidas. Ha sido, sin lugar a dudas, uno de los conciertos más entretenidos a los que he asistido. Si necesitáis desconectar del día a día, mi recomendación, ir a un concierto de Alestorm, no os va a defraudar.
Crónica y fotos de Verónica Valdés.