En el año 2384 la identidad humana puede almacenarse en un soporte digital y transferirse de un cuerpo a otro, lo que permite a los seres humanos sobrevivir a la muerte física al asegurarse que sus recuerdos y su conciencia sean «insertados» en nuevos cuerpos. Takeshi Kovacs, un ex miembro de las unidades militares especiales, es asesinado e insertado, 250 años después, en el cuerpo que antes era propiedad de Elias Ryker, un oficial de policía de Bay City, a instancias de Laurens Bancroft, un rico y poderoso aristócrata de 365 años de edad que aparentemente se suicidó, perdiendo todos los recuerdos de los eventos previos a la muerte. Bancroft está convencido de que no se ha suicidado y contrata a Takeshi Kovacs para investigar lo que él considera un asesinato.