Nos fuimos de concierto para ir cerrando el año. Buen ambiente en Escenario Santander que disipó las dudas que Angel, que volvía a casa por Navidad, manifestaba en redes sobre si iba a ser “mofeta” en su tierra y presentó una gran entrada para ir con uno de los últimos conciertos de su extenso “Polvo de Battiato Tour” que comenzó ya en 2021.
Después del aperitivo que fue verlo en la presentación del Soundcity en formato dúo, en esta ocasión venía junto a la Stanich Band al completo y como se preveía la experiencia fue mucho más divertida y completa. Con todos sobre el escenario ofrecieron un directo potente y lleno de energía, los temas cogen un puntito extra de “punch” que rápidamente pusieron al personal a bailar y cantar las canciones a pleno pulmón. Dentro del gran trabajo de toda la banda destaco a su guitarrista Victor Pescador permanentemente jugando y arreglando todos los temas de forma genial. Fue él, quien se encargó de llevar a cabo la difícil labor de salir a pecho descubierto solamente con su voz y guitarra a presentar algunos temas propios y de proyectos anteriores, para abrir la jornada e ir calentando la jornada en una sala que aún no presentaba apenas la mitad del aforo que finalmente asistió.
Un show de unas dos horas que pasaron como un suspiro, repasando temas de todos sus trabajos hasta la fecha. Con apenas 3 discos y un puñado de EP’s ya tienen para conformar un setlist de garantías, lleno de canciones que todo el mundo corea y adivina a los primeros acordes. De sus últimos trabajos (Polvo de Battiato LP y Una Visión Global Bastante Aproximada EP, ambos en 2021) cayeron “canciones protesta medio hit” como Rey Idiota, Motel Consuelo, Una Temporada en el Infierno, Nazario, L a Historia es Fácil, Tu Alfredo Landa o la magistral La Valla, para mí uno de los puntazos del concierto porque quizás no la esperaba. Fue por la letras con las que empezó a hacerme gracia, después a pensar “qué cabrón” cuando uno se para a leer entre líneas, y finalmente me quedé por la particular forma de hacer canciones bonitas desde la sencillez. Stanich es como un Tarantino de la canción y recoge infinitas referencias, recortes e influencias de la cultura popular, pasándolo bien por la batidora para crear algo nuevo.
Como es habitual es sus shows, hubo momento para el “speech” personalizado para el lugar donde se encuentra. En esta ocasión en una ciudad que conoce bien lo dedicó a Peréz Galdós, como homenaje a su figura y aprovechando para tirar con sarcasmo algún palo a las ruedas de diferentes estamentos de nuestras sociedad, genial.
Aunque quedan dos días mientras escribo esto, y todavía podría caer algo más, una gran noche y buen sabor de boca para finiquitar el año.
Borja Ponga