“Pero en ese concierto vas a estar rodeada de “gafapastas”, ¿no?”
Esto me decía anoche un amigo mientras me montaba en el coche camino de Escenario Santander. Y mientras conducía por la autovía fui pensando qué pasaría si me diese reparo estar con según qué público.
Si no hubiera querido estar rodeada de señoronas ataviadas con perlas y pieles en la ópera, me habría perdido aquel estupendo “Don Giovanni” o si no me hubiese apetecido mancharme las botas de barro, no habría cantado a grito pelado los temas de Morphium en el pasado Vidiago. ¿Realmente importa el público o el entorno cuando quieres disfrutar de la música que te gusta?
Sinceramente, a mí cada vez me importa menos.
Al llegar a Escenario Santander me lo encontré abierto de par en par, sin cortinas, señal de que aquello iba a llenarse. Lo bueno de llegar pronto e ir sola, es que te puedes apalancar en primera fila, al estilo “groupie”. No me llaméis agonía, es desde donde se sacan las mejores fotos, joder…
Imagino que la sala esperó a que fuese llegando la gente porque de las 21h. que ponía en la entrada hasta que se inició, distaron 45 minutazos.
Y allí salió nuestro Betacam. La primera vez que le vi fue en la torrelaveguense plaza de La Llama y ¡me pareció tan valiente verle acometer sus temas sin más compañía que sus teclados…! Con ese candor e inocencia que derrocha (es que dan ganas de achucharlo y llevártelo a casa) nos fue haciendo entrar en calor con su pop colorista, armado de sintetizadores, cajas de ritmos y su maravillosa camisa de lentejuelas. Tan 80s… Y fueron cayendo temas de su último trabajo “Mítico”: “Chacal”, “No Más”, “La Discusión”, “Otras chavalas” o anteriores como “Cuarto Milenio”. El estilo de Betacam puede que te guste o no, pero desde luego lo que no hace es dejarte indiferente. ¡Ole ese Javi!
Sorprende oir que una banda presenta trabajo actuando 3 noches seguidas en sala La Riviera (Madrid). Y aún te sorprendes más al saber que dos de esas noches tuvieron “sold out”. Eso ocurrió el pasado mes de noviembre y anoche recalaron en Santander presentando su “Justicia Universal” la banda Dorian.
“La Isla” fue el tema escogido para comenzar, siguiéndole “Verte Amanecer” con una impresionante lluvia de confetis en el momento más álgido del tema. “Algunos Amigos”, “El Temblor”, “Justicia Universal”, “Duele”. Nos hicieron bailar con “Vicios y Defectos” y le siguió “Buenas intenciones” y su mántrico estribillo. “Llévame” es como una maleta cargada de recuerdos de tantos países por donde han actuado, evocadora fue “Arrecife” y el ya todo un himno “Hasta que Salga el Sol”. Otra lluvia de confetis. Parecíamos chiquillos ilusionados mirando cómo caían. “Paraísos Perdidos”, “A Cualquier Otra parte”… y así hasta dos horas de concierto el cual ha sido, además, su último concierto del año.
Quizás os preguntéis: ¿pero realmente estuvo rodeada de gafapastas? Pues sí y también de gente muy joven y de gente no tan joven, incluso había “una tía vestida de negro y con mogollón de tatuajes”. ¿Y sabéis qué pasó? Que a todxs, sin importarnos quién teníamos al lado, ni la edad ni la vestimenta, nos unió una única cosa: disfrutando de la música, lo pasamos en grande.
(Texto y fotos: Nuria de la Vega)