UN AÑO MENOS: El movimiento se demuestra andando y la pasión por el rock yendo y organizando conciertos, comprando discos y merchan. Felicidades Sandra. Nos hacen falta más como tú.
Cada concierto de Rock debería ser una fiesta. Hace tiempo que vengo dándole vueltas a todo lo que rodea una noche de música en directo con muchos de los amigos y casi siempre coincidimos en que hay una chispa especial que sólo se produce de vez en cuando, y que va más allá de lo que sucede en el escenario, son esos momentos en los que te das cuenta de que estás rodeado de un montón de gente que conoces y disfruta de lo que disfrutas. Alex Kennedy tiene la varita mágica para hacer que los eventos funcionen y lo de ayer fue otra prueba. Hace un par de años se lió la manta a la cabeza y decidió hacer una fiesta privada en la que tocaron Medussa para amigos y familiares en los extintos locales de ensayo de Requejada. Lo curioso es que juntó a más gente de la que se ve en muchas ocasiones en un bolo local y en charlas posteriores llegamos a la conclusión de que había sido demasiado bonito como para hacerlo a puerta cerrada. Así al año siguiente repitió con Marlenne ya en el Black Bird y contando con la misma cantidad de amigos más todo el que se quiso sumar a la celebración. Este tercer año ya con Alex en la radio pusimos toda la maquinaria a funcionar con la ilusión de que se repita anualmente. Piénsalo, si cada uno de los que me leéis tuviese la voluntad y la ilusión como para organizar algo así en el día de su cumple, tendríamos fiestones semanales.
Alex también es culpable de la amistad que se está forjando entre Noche de Rock y la peña del Vidiago, y por relación directa de la simpatía que les tenemos a Full Moon Riders, esta sí que es la autovía entre Cantabria y Asturias que estábamos esperando. Full Moon tienen un poco de rock añejo, muy cazurro, algo de Psychobilly, unas gotas de Motörhead, algunos dejes a lo Volbeat y como me decía mi amigo Juanma a veces suenan como si Élvis se hubiese levantado de mala hostia. En el reper además de temas propios guiñan a Black Sabbath y a los Doors. Venían con Francisco Caldevilla supliendo a Chema Rozadilla que anda de orquestero, pero eso no impidió que repartiesen cubos de grasa a raudales entre los presentes. Nos lo pasamos muy guay porque son una peña superauténtica y se ganan a la gente. Sólo puedo reprocharles que su demo “Seven Bullets for the Devil” no les hace justicia en absoluto y ya va siendo hora de que entreguen su primer disco, proyecto que por lo que he podido averiguar tienen un poco apartado.
La segunda banda programada eran en principio Highlights, pero la semana anterior tuvieron que cancelar la cita por motivos personales. Una putada, la verdad, porque entre sus motivos y los míos es la tercera vez que me quedo con las ganas. Por suerte siempre hay un roto para un descosido y pese al escaso tiempo de reacción Alex consiguió ofrecernos a cambio un concierto de los siempre bien recibidos Aranea Adventus. La principal novedad es la reciente incorporación de Sybil a la batería después de que Josele se haya retirado con el buen sabor de boca de haber dado su último concierto con Aranea como telonero de Scorpions en el Malecón. Por lo demás todo sigue como siempre ¡Heavy Metal! ¡Chavales! Con un reper bien escogido con temas que han hecho míticos a base de defenderlos en el escenario con una pasión envidiable, y cerrando con la ya imprescindible versión de Fuera de la Ley de Galeón y la suite, Llanto del Lábaro con Lolo haciéndose cargo de las voces de todos los personajes.
Como estábamos de celebración la noche se extendió un poco más de lo debido en El Mono que Chilla, y hoy lo estamos pagando, pero estoy más que seguro que cuando el espidifen haga su efecto volveremos a tener ganas de que la Kennedy se haga un año más vieja para poder liarla otra vez.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.