Hace ya un tiempo, después de volverme una completa adicta a los videos de hate5six, dije que uno de mis “anhelos” musicales era acabar en una especie de Iglesia de Philadelphia (o vete tú a saber en qué estado remoto de E.E.U.U.) en un concierto de hardcore en su esencia más pura. Y fue ver el cartel del festival catalán Can´t keep us down, que los astros se alineasen y pensar esta es la mía. Porque haber visto a Gorilla Biscuits en un recinto tan grande como el Iradier Arena en Gasteiz o a H2O en un Resurrection fest… no es comparable a estos espectáculos de piruetas con doble tirabuzón y salto mortal que tienen lugar en este tipo de salas, y el Ateneo Popular 9 Barris, un espacio popular y autogestionado, cumplía con todos los requisitos para que en cuanto se abriese el telón diese comienzo el ritual salvaje.
Para sorpresa de muchxs, estos sonidos sucios y tan energéticos se escucharon con mucha potencia y claridad en cada uno de los rincones, lo cual contribuyó a que sumase puntos para considerarlo como un festival referente (aún más si cabe para los amantes del hardcore-punk y fieles seguidores de la escena straight edge). Pero no voy a hablar mucho más de la sala, ni tampoco voy a comentar con detalle la puesta en escena de cada grupo ya que desafortunadamente me perdí algunas bandas tanto el viernes; MÍNIMA, DISASTER JACKS o SERPENT, a los que por suerte tendré la oportunidad de ver en el Tsunami en Gijón; y el sábado con KID TUNERO o UDOL (una pena, por la pequeña parte de doom que incluía el cartel). Pero, haciendo un resumen minuto-resultado… me convertí en una fanática de WASTE, banda sueca de HxC-metal, y digo abiertamente que para mí fue el mejor directo de todo el festival. Envolvente, rápido y sin tapujos. Seguido estuvieron MAINSTRIKE, otra banda straight edge desde Holanda con una buena tralla noventera y CANDY desde USA; que si el cerebro se me fundía escuchando los escasos (pero suficientes) 18 minutos que dura el disco Good to feel, en directo es una amalgama de ruido extremo con muchos riffs locos que te vuelven más loca aún.
El sábado llegué justo para ver a la mítica banda de punk estatal, ACCIDENTE, un poco de alivio entre tanto hardcore, y aunque se me hizo muy corto, ya que apenas tocaron 20 minutos, no dejaron de lado canciones tan buenas como “Rejas de color”, “Sacrificio” o el ya himno “Las victorias más bellas”. Seguidos fueron SPIRIT CRUSHER, sXe hardcore alemán, de los cuales no había oído hablar antes pero ya están en mis auriculares metidos. El ambiente ya se notaba calentito para lo que venía después… LA INQUISICIÓN, otro “respiro” al hardcore dentro del festival, recordándome a una buena mezcla entre Kaos Urbano y Rude Pride, pero con matices de “punk rosa” como ellos se definieron al versionar “Verte amanecer” de la banda Dorian. Y por último, la botella de cava catalán se descorchó con los tan esperados NO WARNING, hardcore punk metálico desde Toronto, toda la peña se vino arriba, aunque yo, he de confesar, que me viene un poco abajo por que eché de menos el clásico “Bad timing”… pero es lo que hay…Suffer, Survive. Cómo otro puntazo muy positivo, la fiesta de después, la gente quemó su último cartucho a golpe de cadera con una mezcla muy extrema entre sonidos ochenteros, los Backstreet boys y culminando con un buen “Flying free”.
Y después de esta mini review musical, quiero aprovechar este espacio para soltar mi humilde monólogo (breve) sobre cómo me siento yo como mujer en este tipo de eventos, ya que nunca le he había dado demasiada importancia al tema y una vez que te pones las gafas moradas, ayy amiga, que diferente se ve la realidad.
A todos y todas los que nos reventamos las orejas con el hardcore y derivados, nos gusta esta música agresiva porque de una forma u otra nos libera y nos ayuda a soltar toda la mierda que nos ha podido dar una semana dura en el curro o un mal trago de la vida, y porque esto no es sólo música, también es actitud… pero… ¿Dónde queda eso? Sí que cada vez somos más mujeres las que frecuentamos estos eventos, pero la escena sigue estando muy masculinizada en todos los sentidos y llena de barreras… y pongo ejemplo; me llamó mucho la atención que cuando tocó WASTE, con una frontwoman de los pies a la cabeza, el espacio estuvo prácticamente dominado por hombres. Alguna valiente o segura al 100% de su potencial físico se animó brevemente a meterse al pogo/Street fight, pero sí la cantante está gritando “Hardcore, not just boys´fun, sisterhood, this is our fight”, u otro temazo como “when your dick does the talking it’s better to just shut up”,COÑO, ¿no crees que está bien ceder el espacio y dejar a un lado las demostraciones de danza contemporánea elevando tus piernas y tus brazos como un apisonadora? Algo similar a cuando tocó NO WARNING, intenté sutilmente acercarme al escenario, porque me quemaban los pies en la parte de atrás mientras sonaba “Torture culture”… pero intento fallido, en mis clases de Kick boxing recibo menos ostias que lo que me llevé solo intentando moverme apenas dos metros. “Gracias” bendito OH señor gigante de seguridad que nos proteges de todo mal, choque o dislocación.
Sin embargo, cuando tocaron Accidente o La Inquisición, la cosa cambió, las primeras filas se llenaron de mujeres dispuestas a bailar, empujarse, gritar y volar un poquito por los aires… y no es que la música fuese precisamente clásica. ¿Por qué esa diferencia tan marcada en el hardcore?, ¿Por qué a pesar de ser espacios abiertos y libres para las mujeres, todavía existen actitudes invisibles que nos privan de estar 100% cómodas?, ¿Está normalizada la presencia femenina en este tipo de escena?
Dejo las preguntas abiertas para que sigamos reflexionando y cuestionándonos todo esto, porque considero que es clave para la lucha y el avance hacia una mejora en la que todos los espacios sean 100% inclusivos.
Crónica y vídeos: María Barco.