Cada vez que llega a mis manos una invitación para un concierto, dadas las experiencias anteriores, no los tengo todas conmigo. Aún tengo en la memoria la bizarra noche de la mano de los oscuros Soulbane, hace unos años, en cierto cumpleaños, en el que la sangre acabó salpicándonos a todos. ¿En qué mazmorra acabaremos hoy?. Tal como están las cosas, con la gran cantidad de desaprensivos que hay, era para pensárselo. Pero bueno, al fin y al cabo, nuestras vidas necesitan una pizca de emoción.
Así que sucumbí a la nueva misiva, en esta ocasión de manos de otro ser bastante oscuro: Jhonny señor de Mature se hace llamar, y puse rumbo a la Costa Esmeralda. Tomé la autovía adentrándome en sus dominios, en la villa de Laredo. Todo parecía tranquilo en el viaje, los kilómetros avanzaban sin novedad, atrás dejé unos buenos nubarrones que mojaron bastante la mañana, pero todo cambiaría cuando me aproximé a la entrada de Laredo. En penas unos instantes una niebla muy espesa rodeo todo, apenas podías distinguir un palmo hacia delante, esa extraña nube, aun no sé cómo, consiguió colarse por los conductos de la ventilación y apenas podía verme a mí mismo, ¿qué estaba pasando?, sin dar tiempo a más perdí la noción del espacio tiempo y todo se hizo negro.
Recuperaría la consciencia de golpe, cuando un caldero de agua helada cayó sobre mí. Sobresaltado, intenté incorporarme, no podía, estaba encadenado a una silla de plástico blanca, giré la cabeza y no podía creerlo, me encontraba dentro de una especie de carpa, rodeado de otro centenar de sillas, ocupadas por otros tantos infelices, amarrados a las sillas. Era difícil reconocer a nadie, ya que todos estábamos enmascarados, cuando conseguí enfocar un poco la vista puede avistar a compañeros de fatigas de los conciertos: Álex, Pinto, Txutxy. Fuera quienes fueran nuestros captores, no se contuvieron, también había grupos familiares como es el caso del gran Nacho acompañado de su peque, también enmascarados y atados a las sillas. Entre la nube de niebla que cubría la estancia, también pude ver a grandes luchadores de la imagen como son Maya y Txen. Todos nosotros, oportunamente separados.
Nadie parecía tener respuesta a todo aquello, hasta que una extraña luz surgió sobre el escenario, entre la nube, se dibujaban la silueta de algún ser de proporciones jurásicas, con una largas y pronunciadas patas. Comenzarían sonar entonces las notas del “Whole Lotta Rosie” de AC/DC. La niebla se disiparía descubriendo a nuestro primer protagonista Víctor “Bardal” y sus Cantaebria, disparando varios guitarrazos al aire, con su inconfundible pañuelo rojo en la frente, con una risa burlona, diciendo: -Cabrones bienvenidos, el señor Jhonny de Mature, os ha traído hasta aquí, pobres insensatos, no sabéis lo que espera. Antes de su aparición, el señor ha consentido, que me entretenga con Ustedes durante un rato porque soy “Más chulo que un 8” y venimos a f** a vuestras mujeres-. En ese momento la irreverencia personificada ocupó el escenario sin compasión, con esa fuerza de rock añejo que destilan, con este gran tema, que se incluye en su EP de debut de cinco temas «El rock Ha Vuelto», que fue todo un golpe sobre la mesa, con varios de los integrantes bajando del escenario. «(…) Si la muerte me mira, yo la guiño un ojo. Voy a vivir hasta que me muera o hasta que me dé la puta gana. (…)».
Nuestras cadenas se aflojaron y Víctor tomó la palabra: -Vuestros cuerpos han sido traídos ante este aquelarre de rock, nosotros Cantaebria os llevaremos por este “Despojo de Ciudad”, gracias Izaskun, concejala de cultura, por permitirlo-. Tema con aire blusero, que motorizaría nuestras sillas, no podías dejar de agitar la cabeza, mientras atravesábamos las calles dejando perplejos a los pijos, con aire un de rebeldía marca de la casa. Tras dedicar un tema al más borracho de Laredo, el verdadero maestro de ceremonias, de todo este embolado Jhonny (Mature), de rebote nos puso a todos en modo fiesta con su adaptación del temazo “La Posada de los Muertos” de Mägo de Oz, que terminó de soltar todas nuestras ataduras, alzando nuestra virtual jarra de cerveza. Tras el oportuno aplauso, Víctor tomó una guitarra acústica y presenta el tema que da nombre a la banda “Cantaebria”, demostrando la gran versatilidad de voz que tiene, primeramente parece que a engullido a Nando Agüeros, con un tono tradicional para luego reventar con mucha fuerza con ese tono más cercano a slaze. Un tema que me gustó mucho.
Llegaría otro momento emotivo, con la guitarra acústica, con la canción “Volverás a ver el Mar” que en el disco está dedicado a un amigo, y que esa noche, dedicaría Víctor a su madre, allí presente y que disfrutó como nadie, como así hicimos todos, un auténtico temazo lleno de emoción, que al final coge gran fuerza, con el rugir de las guitarras, con una esencia rockera impresionante, que le da aires de himno, como así resultó con todos coreando su estribillo. A continuación, sin tiempo para reaccionar, notamos como un sonido añejo bajo nuestros pies, que indicaba que “La locomotora del Amor” iba a efectuar su salida, tras el vapor de la chimenea apareció Víctor, poseído por el espíritu de Alice Cooper, con un gran sobrero de copa que nos llevaría a surcar el mar de acero sin mirar atrás. Otro auténtico cañonazo inolvidable.
-Hasta aquí llegaría el concierto habitual, pero hoy nos dejamos de historias y seguimos con los bises, si nos lo pedís como es debido-. Nos comentaba Víctor, que al momento fue contestado por los allí asistentes, que daría paso a varios temas más como su gran versión de “Welcome to the jungle”, en la que Víctor da una auténtica lección sobre el escenario. Dejarían para el final, la que sin duda se ha convertido en un auténtico himno de la banda, con su revisión del clásico de Raphael “Mi Gran Noche”, que puso patas arriba el escenario y a todos los que allí estábamos. Tendrían que juntarse con Sez-Naus y celebrar un revival de clásicos con su no menor versión del “Por qué te vas” de Jeanette.
Sería todo un colofón al conciertazo que cada vez que Cantaebria se suben sobre un escenario genera. Víctor y sus huestes de un tiempo a esta parte, ha revolucionado la escena del rock de esta región dándole un aire fresco espectacular, gracias al don de gentes de Víctor, que es capaz de reírse de su sombra, además de haber sabido rodearse de grandes músicos y como diría durante la noche Jhonny (Mature), dentro de unos años Cantaebria volverá y tocará en el campo de fútbol donde nosotros seremos sus teloneros. Totalmente reflejado ese espíritu de comerse un escenario, en cada bolo que dan. Aún resuena en mi memoria el momento memorable de su incursión en el Rebujas del año pasado en la actuación de Desastre, tocando un par de temas del EP, siendo una sensación espectacular, metiéndose en el bolsillo a todo el público allí presente, como así hicieron esta noche, sin duda todo un espectáculo sobre el escenario, al que estoy seguro le espera un gran futuro fuera de nuestras fronteras regionales, porque tiene madera para conseguirlo.
Mature saltaron al escenario después del apabullante, divertidísimo y sorpresivo concierto de Cantaebria. Johnny Cos y compañía nos sorprendieron con un sonidazo capaz de arrancarte los tímpanos. Dieron el pistoletazo de salida con la emotividad de “Mañana” y “Te Necesito” y aceleraron con “Lunes de Terapia”, una deliciosa versión de “Decidí” de Extremoduro y la nostálgica, enérgica, reflexiva y emotiva “Muerto el Poema”. La musicalidad y la calidad lírica y literaria de este último tema hizo que se me pusiese la piel de gallina, los bellos de punta e incluso soltase alguna lagrimilla.
En este punto del concierto, Mature ya tenían a sus pies a todos los presentes. Es importante destacar lo engrasadísima que se encuentra la banda en este momento. El bajo de Nando Rey se fusionó a la perfección con el ritmo y la impresionante pegada de Edgar Mata, dando a la banda un empaque rítmico contundente y preciso como un reloj suizo. Por otro lado, las guitarras de Santi Mesones ejercieron de perfecto soporte para que Juanma Lona diese rienda suelta a su tremenda maestría con las seis cuerdas. ¿Y Johnny? ¿qué decir del Rey de Laredo? Pues que el frontman de Mature ha evolucionado hasta convertirse en un poeta musical urbano capaz de medirse con animales escénicos de la talla de Robe Iniesta de Extremoduro y Kutxi Romero de Marea.
La banda continuó su sabroso y emotivo concierto con una impresionante versión de la canción “Todos Mirando” de Barricada y las colaboraciones de Cacho y Txutxy Cano. El cantante y el redactor musical subieron al escenario a cantar “Pedida de Mano” y “El Roce de tu Cuerpo” de Platero y Tú respectivamente. Uno de mis momentos favoritos de este concierto llegó cuando Johnny Cos se enfundó una gorra de policía municipal y lanzó una diatriba anti hijos de puta antes de cantar la canción “El Malhechor”. El frontman dejó escapar todas las tensiones, ansiedades y odios con las que ha tenido que lidiar en los últimos meses. Este 2020 no está siendo fácil para nadie.
La banda entró en la recta final de su concierto con la traqueteante, abrasiva y cortante energía ska de “Besos de Dragón” y el alegato anti violencia machista de “El Gran Engaño”. Los Mature pusieron la guinda a su concierto con un par de bises en los que volvieron a sonar con más energía y sentimiento que nunca “Mañana” y “Lunes de Terapia”.
Esta cita consiguió reunir a dos de las mejores bandas de Cantabria, dos grupos que pueden llegar muy lejos si la situación Covid – 19 y nuestros políticos le dan un respiro a nuestro rollo y a la cultura en general. Fue una suerte estar presente y poder recibir el arte, el entusiasmo y el cariño de ambas bandas. Dieron un ejemplo de amistad y camaradería difícil de encontrar en nuestros días. Ojalá todas las bandas de esta región se apoyasen de esa manera.
Mucha suerte para ambas bandas, mucha suerte Víctor, mucha suerte Johnny, os quiero.
Crónica: John Man y Nacho García Álvarez.
Fotos: T&M Photo.
Vídeos: Álex Kennedy.