Ayer vino al concierto el hermano del dueño del restaurante en el que Flecha y Mehnai se conocieron por error. La historia es graciosa, resulta que un traspiés en las fechas hizo que se les convocase el mismo día y a la misma hora para animar el lugar, todos juntos, allí, cada uno con sus trastos decidieron salomónicamente hacer doblete. Y de ahí surgió una amistad y una admiración mutua.
Cuando Flecha vino a Cantabria a principios de verano Mehani me urgió a que le hiciésemos un hueco en Cudón, y tras su rotundo éxito de aquel jueves extraño me habló de Cardelina. Aquí estamos, se cierra el círculo. Dice María Vidal que no existe la felicidad, sólo los días felices. En eso estamos; en intentar hacer de días comunes momentos inolvidables, y que algún día en el futuro podamos sonreir recordándolos.
Si has paseado por la Comarca de Pinares sabrás que el folk de Cardelina está intrínsecamente unido al polvo que pisan sus botas. “Hay árboles en la montaña donde vivo, y un río que serpentea hasta Oporto. Hay un camino a cualquier parte y pájaros dentro de mi cabeza. Hay muchos sueños olvidados…”.
En Cudón se ha creado un ambiente muy especial, de respeto al músico, que tanto ella como otros, acostumbrados al ajetreo de los bares aprecian de una forma muy especial. El silencio y la atención hizo que el mensaje llegase de manera cristalina y que Rosana se animase a construir un repertorio en el que predominaron sus propias composiciones, interpretando gran parte de su primer trabajo “What We Had” y adelantándonos unas cuantas del segundo que ya está en camino y en el que gira hacia el castellano como lengua principal.
Aun así nos regaló algunas versiones de Joan Baez, Neil Young y Ryan Adams que sirvieron para aumentar la conexión con un público que participó animando con sus coros.
Uno de nuestros empeños en Cudón es hacer de cada velada algo más que un concierto. Un encuentro entre gente de la zona interesada en la música y el arte. Así tras terminar el concierto regamos con Ribera del Duero largas conversaciones sobre la música de Cardelina, el cambio climático, la sala Robayera, los conciertos de Heilung y la tremenda tozudez de quienes teniendo el arte delante de los ojos no saber reconocerlo y dejarlo fluir.
En breve volveremos a juntarnos.
Texto: Oskar Sánchez
Vídeos: Oskar y Omar Sánchez
Fotos: Antonio Punzón