La noche del 24 de septiembre fue la gran noche de Chebú. Y para allá que me fuí tan contenta.
En varias ocasiones había intentado ver a Chebú en directo pero no se habían alineado los astros. Tenía claro que este concierto no me lo podía perder. Era la mejor ocasión, la celebración de su décimo aniversario, y en el mejor lugar, en el Escenario Santander.
No estaba en mis planes hacer esta crónica, eso vino después. Toda mi intención era pasar una relajada velada, escuchando unas preciosas canciones y disparar alguna instantánea a Yenia Popova. Dicho sea de paso, siempre es un placer hacer fotos a las mujeres que se suben a un escenario, abundan menos y, por lo general, son más expresivas.
Para mí, ver por primera vez a un grupo en directo es revelador. Por mucho que haya escuchado sus temas, es en el escenario donde verdaderamente me conquista, donde consigue atraparme de tal manera que ya seré incondicional suyo para siempre. Es muy chulo cuando esto ocurre y siempre estoy abierta a ello.
Con la puntualidad que ha caracterizado a todo el ciclo La Escena, la sala se quedó a oscuras para dar paso a Chebú. El público estaba pendiente del escenario pero para sorpresa de todos, Yenia (voz del grupo) y Nahúm Cobo (teclado y guitarra eléctrica) descendieron por las escaleras posteriores del local. Una versión muy personal e intimista de After You’ve Gone que nos dejó a todos claro que la noche prometía. La única luz de la sala les acompañó hasta el escenario donde ya les esperaban Iván Velasco (guitarra acústica), Charly Pérez (batería), Dani Simons (bajo) y Miguel San Emeterio (violonchelo- como me gusta este instrumento-).
Luces y acción.
El repertorio del concierto recorrió alternativamente sus dos trabajos Confusión en tu casa y Desorden en equilibrio, sin faltar algunos temas recién horneados y muy prometedores.
Chebú es la definición de grupo ecléctico. En una sola de sus canciones puedes encontrar matices de muchos estilos musicales, escucha She fell, por ejemplo. En uno sólo de sus conciertos puedes escuchar canciones en inglés, español, ruso y francés ( sí, sí, flipa). En sus temas no encontrarás estribillos repetitivos. Cada instrumento tiene su identidad pero funcionan y encajan perfectamente. Es evidente la experiencia y calidad musical de cada uno de sus integrantes pero lo más evidente e importante es la complicidad, sensibilidad y pasión que les une en el escenario. La dulce y armónica voz de Yenia nos habló de sentimientos, miedos, ilusiones y desvelos. De lo que a ella y a todos nos hace sentir vivos y por lo que merece la pena continuar hacia adelante. La fuerza y la energía también pueden encontrarse en la voz más dulce.
Para Ring of Fire fue invitado de lujo Phil Grijuela. Su profunda voz y su inseparable guitarra acústica acompañaron a Yenia y supuso uno de los momentos más memorables de la noche.
Nahúm y Yenia, núcleo duro del grupo, agradecieron al público su presencia y su apoyo en sus 10 años de andadura. Desde luego, el respetable estaba entregado, no me extraña.
Mis canciones favoritas de Chebú son Mysterious Moon, Oir tu voz y Ring of Fire.
Para mí fue una noche mágica, cargada de ritmo, muy buen rollo y de muchas emociones. Mil gracias Chebú. Ya soy incondicional vuestra.
Para nada me resulta fácil escribir esta pequeña crónica. Soy más vergonzosa escribiendo que haciendo fotos. Pero después de todo, en mis fotografías ya se evidencia mi admiración por los músicos y lo que flipo en los directos, así que no descubro nada nuevo.
Como siempre agradecer a todos los que lo hicieron posible. El ciclo La Escena ha permitido conocer y/o reconocer la buena salud musical de nuestra tierra. Espero que este ciclo se consolide en la nueva era post pandemia y que se ponga en valor tanto talento.
Sonia Toledano