El bar Cheers, propiedad del superficial y vanidoso exjugador de béisbol Sam Malone es el punto de reunión de muy variopintos personajes.
La intelectual Diane Chambers es abandonada por su novio en el bar, sin medios para sobrevivir en Boston (aunque ha estudiado varias maestrías inútiles, jamás ha terminado una) y se ve así obligada a trabajar como camarera en el bar junto a Malone, la promiscua e irascible camarera Carla Tortelli y el senil camarero Ernie «Entrenador» Pantuso.
Asimismo conoce a clientes habituales como el ecuánime contador desempleado Norm Peterson (el mejor cliente del bar) y el cartero sabelotodo Cliff Clavin, locuaz coleccionista de datos triviales. Aunque Chambers jamás se adapta completamente al ambiente poco elevado de Cheers, existe una fuerte tensión romántica entre ella y el ex-alcohólico mujeriego Malone.