Aun faltaban dos largos años para que Red Hot Chilli Peppers vendieran 14 millones de copias de su Blood Sugar Sex Magik. Y es también desde California desde donde un absoluto desconocido Mike Patton reemplaza a un polémico Chuck Mosley (recientemente fallecido a causa de sus constantes abusos), añadiendo con su peculiar y macarra forma de cantar, la guinda que le faltaba, a una ya de por si extraordinaria banda.
El disco llegó a mi Walkman, en una época donde Aerosmith con Alicia Silverstone y Liv Tyler ponían a prueba las hormonas de millones de adolescentes emitiendo casi en bucle en la MTV los vídeos de Crazy y Amazing. Y es en esa época cuando, con sus melodías y el estilo de Patton, sentaron las bases con las que sonarían más adelante muchas bandas de metal alternativo como Korn y Limp Bizkt una década después.
En lo personal, es uno de esos discos que cuando los escucho, inmediatamente me vienen a la mente mil recuerdos. Sus melodías, se quedaron marcadas para siempre en mi cabeza, y aún hoy, casi 30 años después, sigue poniendome de buen humor cuando lo escucho de nuevo.
Faith No More no fueron pioneros en el rap/metal, ni en mezclar hiphop con sonidos rockeros/metaleros, ni por supuesto fueron los primeros en juntar el rock y el funk en sus composiciones. Pero si en algo destaca este disco, es en lo bien que todos esos estilos van dibujando, tema tras tema, un disco que por méritos propios debe estar entre los mejores de discos de toda la historia. Hasta Rolling Stone y su descafeinada lista, lo incluyen en una más que digna posición cercana a los cien mejores de todos tiempos.
El disco no puede empezar mejor con un From Out of Nowhere, donde Patton demuestra ser más que un reemplazo de Chuck, y con su peculiar e inconfundible voz, termina de dar ese sonido y personalidad propia que pocas bandas de rock tienen.
You want it all, but you can’t have it.
Si tuviera que enumerar algunos de los himnos en los 90, Epic estaría entre los primeros que me vienen a la cabeza. El estribillo pegadizo, las guitarras complementando a la perfección unos teclados que, escuchandolos ahora, me transportan, como pocas canciones a una adolescencia plagada de música, amigos y fiestas que acababan siempre con los primeros rayos del sol. Y, si ya el tema era de por si icónico, ese piano del final termina de hacer que Epic, como pocos temas consiguen, quede marcado en mi cabeza cuando pienso en una banda.
Surprise! You’re Dead!
Si Rage Against the Machine tiene un sonido precursor, este tema tiene muchísimos ingredientes para serlo. Rápido, macarra, y tan duro como divertido. Como curiosidad, el tema lo compuso el bajista, James Martin, en los setenta cuando compartía banda con un tal Cliff Burton.
El disco, lejos de caer en la monotonía, sigue poniendo el listón bien alto, canción tras canción, con el bajo de James en Zombie Eaters y Underwater Love – Que es un calco de Flea en Red Hot Chilli Peppers (con polémica entre las dos bandas incluída) – O temas como el que da nombre al disco con unos medios tiempos que ponen los pelos de punta. Hablando de este tema, The Real Thing, como ningún otro resume el disco a la perfección, con pasajes rápidos, medios tiempos y las mil y una voces de Patton en un tema redondo. Woodpecker from Mars es otro temazo, esta vez instrumental, que se cuela en este disco con tantas influencias que es difícil enumerarlas todas. Y por si le quedaba algo que demostrar a los californianos, terminando la cara B te ponen una versión de War Pigs con su peculiar estilo y cierran el disco con ese piano que nos ha acompañado desde el principio y que casi parece despedirse en el tema que cierra. ¿Qué más puede necesitar un disco para convertirse en un clásico?
Jose, el de Alemania
The Real Thing, Faith No More. 1989
Mike Bordin – Batería
Roddy Bottum – Teclados
Bill Gould – Bajo
James Martin – Guitarra
Mike Patton – Voz
Comentario por Jose, el de Alemania