A todos los que nos gusta la música, en algún momento de nuestra vida, nos hemos encontrado con un disco que nos ha hecho pararnos, mirar al reproductor y decir algo así como “¿Qué mierda es esta? Suena de la leche, y no he escuchado nada igual en mi vida“. Amorphis causaron exactamente esa reacción en mí la primera vez que escuché este disco.
No llegaron a ser pioneros en mezclar guturales con voces limpias, ese honor recae sin duda en Fear Factory con su magistral y experimental Demanufacture justo un año antes. Ni mucho menos fueron los primeros en hacer un disco con toques de Death Metal melódico. Pero en lo personal, fueron los que me descubrieron sonidos que mis oídos – habituados al Hard Rock, Metal y en la parte más bruta al Death y al Trash – no estaban para nada acostumbrados a escuchar todavía.
Y hablando de sonidos nuevos. Creo que este disco tiene la que para muchos es la primera canción disco-metal-death de la historia, con una mezcla de música púramente disco a mitad de tema que te hace de nuevo mirar al reproductor, preguntándote qué huevos es lo que acabas de escuchar. “Cares” desde luego no deja indiferente a nadie.
Not had to come to this earth
Not been suckled for the world
I’d rather die, I’d rather be, better unborn
Pasi Koskinen se estrenaba en este disco como vocalista, y encaja a la perfección con el trabajo que el resto de la banda empezó en el anterior, Tales from the Thousand Lakes; mezclar metal progresivo, con guturales y darle un fondo de música tradicional finlandesa. Más adelante, escuchando su primer trabajo, descubrí que este sonido no era si no la evolución de su sonido primitivo, un death metal un tanto más oscurete tirando a Doom del que Elegy bebe la esencia más oscura y melancólica.
Si en algo se distingue Amorphis de otras bandas, es precisamente por sus teclados y esas melodías que caracterizan a la banda. Ese “sonido Amorphis”, que empezó en Tales From the Thousand Lakes se definió definitivamente en Elegy. Un disco en el que la banda termina de dejar claro que no tienen ningún miedo a los sintetizadores y a la música electrónica y donde todo parece encajar a la perfección.
Beneath the grass my treasure
Under the sand my sweet one
Si tuviera que hacer un top five con los discos de mi vida, Elegy estaría entre ellos. Esa mezcla de death metal, progresivo, guturales, voces limpias, los medios tiempos y los teclados dando forma a esas melodías tan peculiares, me abrieron los oídos como ninguna otra banda había hecho anteriormente – Fuera los prejuicios. ¡Esto suena de la hostia!
Con los años, Amorphis ha ido mejorando sus composiciones, su producción, y añadiendo seguidores disco tras disco, pero Elegy, a pesar de su edad, resiste los años y parece que no envejece. Hace ya 22 años que se editó y cuando lo escucho de nuevo me sigue sonando como el primer día, de pocos, poquísimos discos puedo decir lo mismo.
Comentario por Jose el de Alemania