EL CAMINO DE BALDOSAS: Las Gildas llevan dieciseis años defendiendo su trinchera. En esta fiesta de clausura nos han animado a aferrarnos a la nuestra. Es posible que no se pueda estar pendiente de toda la guerra, pero todos tenemos batallas en la que podemos combatir.
Una vez le escuché a Wyoming decir que este tipo de reuniones están muy bien, porque así te das cuenta de que no estás loco. Conviene que nos veamos las caras. Tal vez no rememos todas exactamente en la misma dirección, pero eso es porque nadie nos ha dado nunca un mapa para alcanzar la utopía y estamos improvisando.
La clausura de Las Gildas reunió una vez más a cientos de personas, dispuestas a demostrar que a pesar del color que están tomando las cosas aun tenemos esperanza y aun tenemos ganas de celebrar. Por allí estaba la gente de Amnistía Internacional, la Plataforma por la Renta Básica, un Grupo de Pedagogía Waldorf, la Libre y la Vorágine, Producciones Tudancas, el colectivo de apoyo al Sahara, la Fedaración Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales y mucha otra gente que a título individual o colectivo quiso prestar su apoyo a este grupo de mujeres solidarias y de paso visibilizar algunos de los problemas que nos rodean y también algunas de las soluciones que podrían irse probando para intentar avanzar un poco en su solución.
Las Gildas no son Gildas sin sus pinchos, así que nos pusimos morados. Pero la fiesta de clausura además nos ofrece la oportunidad de disfrutar de buena música en un entorno tan especial como es el Parque de Riosequillo. Más o menos a las cuatro de la tarde comenzaron Raul y Marcos de la Sonrisa de Julia que dividieron su actuación en dos partes, para la primera tiraron del repertorio de su banda tributo a Police “Synchronicity”, dejando a más de uno con la boca abierta. Para la segunda parte se transformaron en la Billy Boom Band y ofrecieron unas cuantas canciones al público no adulto, que se fue pegando al escenario y ya no se separó de allí en el resto de la tarde. Los Pájaros del Swing hicieron un repertorio de lo más divertido, con un montón de clasicazos que pusieron a todo el mundo a bailar. Han sido durante algún tiempo banda residente en el Black Bird y se nota lo curtidos que están. Como Javi además es un Spanish Peasant cerraron el concierto con la colaboración de Gema que hizo un pedazo de giño final cantando Put the Blame on Mame, genial. El cierre lo echaron Vespa Groove, presentando su primer disco, y aunque en esta ocasión no pudimos quedarnos a verles estoy seguro de que Maki y los suyos dejaron el pabellón bien arriba.
La fiesta de clausura de las Gildas es el mejor pistoletazo de salida al verano, esperamos que no nos falte nunca y que en un futuro, cuando las cosas hayan cambiado a mejor, recordemos este fuego que un día nos alumbró el camino.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez y Gabriel Díaz.