Ver en directo a CrystalMoors se ha convertido en un acontecimiento que se recibe como una gira de un grupo de otro lugar. Tienen, sin duda, una de las trayectorias más relevantes de las últimas décadas en Cantabria, pero la distancia geográfica que la vida ha ido imponiendo sobre los miembros de la banda hace que los encuentros sean cada vez más esporádicos. Sin embargo, su último lanzamiento Tierra.Sangre.Raíces. demuestra que el clan sigue vivo y con ganas de dar guerra. Es un precioso álbum publicado en A5 e ilustrado por Fernando Navarro. En su interior siguen recorriendo la senda que abrirían en The Mountain y que consolidaron con Árguma, es decir, composiciones atadas a un Folk Oscuro que mantiene las voces guturales como seña de identidad.
Con la banda sentada y a media luz, la hora y pico siguiente fue un ejercicio de tensión contenida. La vía más puramente Folk se ha reforzado en estos años con la incorporación del Buzuki y el Fiddle eléctrico que aportan mucho color y te transportan a épocas lejanas. La banda asentada rítmicamente sobre guitarra, bajo y batería es sólida como una roca, y podría medirse en directo con cualquiera de los referentes del género. El otro día vimos a Eleuveite en acústico, y uno se imagina sin problemas un concierto de las dos bandas sin que los nuestros tengan que agachar la cabeza. Así os lo digo.
Por supuesto, la responsabilidad máxima recae sobre Lavin Uruksoth, capaz de acaparar toda la atención y transmitir toda la agresividad con una mirada o un gesto de manos, incluso sentado. Obviando, su impresionante capacidad vocal, que ha demostrado durante tantos años, tanto en Crystal como en Gathering Darkness, Korzo, In Luna…
Además de todo ello no hay que olvidar hablar de las canciones. En estos años han conseguido bordar un repertorio con una buena colección de temas característicos y reconocibles, lo que hace del concierto una experiencia en la que hay muchos momentos para corear, jalear y unirse al ritual. Los nuevos temas parecen haber encontrado un hueco muy pronto entre ya clásicos como Over the Same Land o Greyland Labaro, o las más recientes Bisontes de Piedra (dedicada a las Cuevas de Altamira) y Yersinia Pestis que compusieron telemáticamente durante la pandemia.
El final del concierto fue una vuelta a lo primario. Voces sin micro, círculo ancestral, instrumentos con la amplificación mínima, percusión golpeada con las manos.
Por alguna conversación aquí y allá presiento que el siguiente paso de CrystalMoors podría traerles de vuelta al metal. Tengo que decir que a mi me flipa este formato acústico, pero sin duda se echa de menos la sangre de la batalla. De cualquier manera estaremos pendientes de su próxima “visita”, que esperemos no se demore muchos meses.
Palabras y Vídeo Oskar Sánchez
Fotos Sonia Toledano