COME TOGETHER FOR LUCIFER’S SON: Aún resuenan los ecos de la sinrazón. Imposible no pensar en la sala parisina. Pero si nos quedamos en casa, acobardados y paralizados por el miedo, ellos (los malos) nos habrán ganado la batalla.
Dark metal, Blue Öyster Cult, rock, pop, influencias de los 70s… ¿Qué más da la etiqueta? Ellos son únicos. Pueden o no gustarte, pero no te dejan indiferente. Su peculiar imagen (mitra, sotanas, máscaras, maquillaje…) lejos de ser un disfraz carnavalesco son un apoyo a su ideología satánica y, aquellos que inviertan un poco de tiempo en oirles, se darán cuenta de que detrás de esa puesta en escena hay acordes, melodias y arreglos que tan solo los grandes poseen. De hecho, los primeros segundos de la mayoría de sus temas, te atrapan con esas reminiscencias, viéndote abocado a oír el tema hasta el final.
No en vano los oyentes de Noche de Rock a finales de 2.013 (programa 911) encumbraron su segundo trabajo “Infestissumam”, colocándolo en el tercer puesto en la lista de los mejores discos del año.
Esta vez la gira “Black to the future” nos trae su tercer trabajo “Meliora” con dos únicas citas en nuestro país: Madrid y Barcelona. Y vienen acompañados por compatriotas suecos: Dead Soul.
De los teloneros sorprendió que no hubiera batería ni bajista, aunque oírse se oían, enlatados.
Con un estilo elegante, denso y a veces sensual, a medio camino entre el blues y rock, son de estas bandas que te apetece seguirles el rastro y descubrirles un poco mas.
Y comenzó lo que todos estábamos esperando. Con el escenario bañado en luz roja y sonando de fondo el enigmático tema “Masked Ball” (banda sonora de la película “Eyes Wide Shut”) aparecieron los cinco Nameless Ghouls. Y la sala vibró cuando Emeritus III coronó el escenario.
Tras un breve saludo litúrgico, comenzando con “Spirit” y “From the pinnacle to the pit” como presentación de su último trabajo. Siguieron deleitándonos con temas de sus dos primeros discos: “Ritual”, “Con clave con Dio”, “Per aspera ad inferi”… Y el momento álgido llegó cuando, tras desprenderse nuestro Papa de su mitra y casulla, sonó “Year Zero”.
Sobre el sonido de la sala La Riviera, aunque en internet lo tachan de pésimo, debemos decir que fue limpio y con muy buenos registros, haciéndonos disfrutar aún más del espectáculo.
En la noche de ayer , más que asistir a un concierto, presenciamos un ritual en el que Emeritus III supo ganarse al público y llevárselo a su terreno: a un delicioso y oscuro infierno.
Crónica por Nuria de la Vega, Luis Alberto Marcos, fotos por Nuria de la Vega, Luis Alberto Marcos.