En 1995 DCD ya no eran unos desconocidos, dos años antes habían publicado “Armas pal pueblo”, que alcanzó una repercusión notable, sobre todo gracias al tema central de la película “Acción mutante”, y eran, junto a Sindicato del Crimen, la banda de referencia en lo que a rap-metal español se refiere. Pero al parecer esto no era suficiente para su discográfica (Dro East West), que decidió despedirlos poco antes.
De manera independiente, deciden publicar “Alzheimer”, y menudo disco… Tras una intro absolutamente prescindible donde relatan los créditos del álbum, empieza la tralla encadenando “Alzheimer”, “La culpa de todo la tiene Yoko Ono” y “Dímelo tú”. Tres temas que marcan lo que nos podemos encontrar en el disco:
Por una parte un sonido brutal, con una calidad de producción pocas veces vista en España (mucho menos en un disco independiente), que a día de hoy sigue sonando fresca y actual. Deciden sonar a banda de rock, dejando en un segundo plano los samples y el DJ. Toda la banda instrumentalmente está a gran altura, pero es especialmente destacable el trabajo de J. Al Ándalus con el bajo y las guitarras, y Little Boy con la batería. El disco es puro metal, aplasta.
Y por otra parte, claro, las letras. Strawberry en este disco está en estado de gracia. Utilizando como munición docenas de referencias a novelas, comics y películas (de la mitología clásica griega a Alan Moore, pasando por Shakespeare o Hemingway, todo un desafío descubrirlas todas) dispara de manera cruel y certera contra la clase media española de la época (que tampoco es muy distinta de la actual), sus entretenimientos, costumbres, aspiraciones… nada se salva. Un relato maniqueo donde la banda se constituye como garantes de la cultura, la diversión y la inteligencia, frente a la estupidez y el aburrimiento dominante. Letras contestatarias y antisistema se habían hecho muchas, pero nadie había hecho en el mundo del rock español un uso tan inteligente de la ironía y el humor negro.
Es complicado destacar temas porque el disco es prácticamente un grandes éxitos de principio a fin. Mis favoritas son “Mi reino por un poco de caballo”, “Alzheimer”, “Victoria” y “De cacería”. Pero no hay un minuto de desperdicio (salvo la intro, una pésima idea) ni siquiera en las canciones-broma, como “Niño A – Niño B” o “No me sigas tonto”.
Como curiosidad, Dro East West volvió a contratar a la banda y reeditó el disco con dos temas extra: “Garaipena” y “Capitán Araña”.
“Alzheimer” es probablemente el mejor disco de rock español de los noventa, y es una pena que nos acordemos de él porque el líder (y ya único miembro original tras la reciente expulsión de Peon Kurtz) de la banda ha sido condenado a prisión. La ley que se le aplicó pudo tener su razón de ser en el pasado, como herramienta para perseguir al entramado civil de apoyo a ETA en los años de plomo, pero hoy en día, con el conflicto superado, esa condena no tiene ningún sentido.
No se trata de si los tweets son o no graciosos, crueles u ofensivos. El problema es que con esa condena el Tribunal Supremo nos marca a todos los demás una libertad de expresión muy restringida, seguramente porque, aunque no lo sepan, esos jueces tienen miedo a un planeta DEF.
Comentario por Rubén Palacio