Una noche, el padre y la madrastra de Sarah —una adolescente con una imaginación desbordante— se preparan para salir a una reunión. Para ello, la joven, inconforme, debe quedarse a cargo de su medio hermano Toby para cuidarlo. La chica, enfadada por tener que lidiar con el pequeño de un año, quien no deja de llorar, en un arrebato pide (casi inadvertidamente) al rey de los duendes, Jareth —un personaje de su libro de fantasía favorito llamado Laberinto— que se lleve consigo a su hermano — diciendo las palabras: “Ojalá viniesen los duendes y se te llevasen… Ahora mismo”. Sin prever que daría resultado y su deseo se cumpliría, a continuación el Rey Jareth se muestra ante ella diciéndole que para recuperar a su hermano cuenta con 13 horas en cuyo transcurso debe resolver su laberinto y llegar hasta su castillo, si es que quiere evitar que Toby se convierta en un duende.