Un año más los Diamantes estábamos de celebración. Fue este un año raro, con algunas convulsiones dentro de la organización. Y como no, volvimos a pelearnos con la maldita burocracia, pero bueno.
Esta año teníamos a tiro a Los Mustang, banda clave en su momento y sin la cual, probablemente nuestro rollo no se entendería tal y como le entendemos ahora mismo. Una banda muy adecuada al perfil de nuestro programa de radio. Lo cierto es que llevábamos cuatro años intentado traerles a Torrelavega, saltando por distintas agencias de contratación y managers, hasta que este 2019 se ajustaron las condiciones y pudimos cerrar un bolo con ellos.
Llegaron de su Barcelona natal a la hora de la comida después de haberse pegado un buen madrugón, y enseguida nos preguntaron por hojaldre y anchoas. Dimos un bonito paseo por la ciudad con ellos tras comer en un céntrico restaurante de la zona y a las cinco de la tarde estábamos en la trasera del Concha Espina para la prueba de sonido. Da gusto cuando trabajas con músicos de esta profesionalidad. El checksound fue perfecto y la banda encantadores. Comentábamos entre nosotros la suerte que hemos tenido hasta el momento, porque todos los músicos que hemos traído hasta la fecha se han portado maravillosamente.
Así los Manel a la guitarra, Fredy al teclado, Toni al bajo y Josep a la batería nos dejaron un gran sabor de boca y un grato recuerdo de su paso por Torrelavega. Los Mustang están liderados por Santi Carulla, mítico frontman de los 60, que a sus 76 años aun conserva ese aura de la gran estrella que fue en aquellos dorados años del guateque. A las 20:30 hrs.estaba prevista la actuación y Santi Carulla tenía pensada una puesta en escena muy chula y sorprendente. Mientras la banda comenzaba a tocar la parte instrumental de “Obladi, Oblada” a telón bajado, Santi Carulla hizo su aparición en el patio de butacas desde el acceso del Hall, acompañado de un foco direccional hábilmente manipulado por los técnicos del teatro.
Una vez en el escenario, comenzaron con un rocanrolito como es “La Plaga” que enlazaron con un Medley que incluía “Molinos de Viento” y “La carta”. Tras “El Ritmo del Silencio”, adaptación de “The Sound of Silence” de Simon &Garfunkel y “500 Millas” aprovecho para presentar a la banda, que estaba sonando como un cañón, Bandaza.
La intro de “La Catedral de Winchester” fue silbando, en “Conocerte Mejor”, adaptación de Beatles, pidió la colaboración del publico a base de palmas a su señal.
De Elvis tocaron “Blue Suede Shoes” que la canto en ingles y la acompaño de unos movimientos de cadera al tiempo que bromeaba sobre la edad, algo que utilizo en bastantes fases del Show, bromear sobre su edad y la del publico asistentes; cerrando el momento Elvis con “El Rock de la Cárcel”. “Conocerte mejor” la comenzaron con Manel a la armónica y “Marina, Marina” la canto en italiano y bajo al patio a corearla con el público.
“Submarino Amarillo“ fue uno de los platos fuertes de la noche. Explico que fue el tema que les catapulto a la fama y porque en aquellos años de dictadura, donde el ingles no era un idioma amigo, tomaron la decisión de adaptar tantas canciones del ámbito anglosajón a nuestro idioma para hacerlas mucho más cercanas al gran público. “Time is Tight” fue su tema instrumental, tiempo que Carulla aprovecho para cambiarse su americana y luego nos explico que la que iba a lucir el resto del concierto tenía ya la friolera de 58 años. En su particular homenaje a John Lennon, los Mustang interpretaron “imagine”, canción emotiva donde las haya y que la gente acompaño alzando los móviles en lo que años atrás habrían sido los mecheros.
Tras este homenaje volvieron con el segundo medley de la noche y continuaron con “Jóvenes” la brutal adaptación que hicieron del “The Young Ones” de Cliff Richards. Continuaron con “Love is in the Air” que canto nuevamente en ingles y “El Mundo” de Jimmy Fontana y anuncio que ya estábamos en el tramo final de la velada.
Tras hacer un homenaje a Alain Barriere, fallecido el pasado 18 de Diciembre, pidió al publico si había algún tema que echaran en falta y aunque no fuera de su repertorio y en un alarde de memoria e improvisación nos deleito a capella con unas frases de “ The House of Rising Sun”, “La Balada del Soldado “ y “Bonnie and Clide” para rematar la tocata con la animada “Twist & Shout” que levanto a alguna de sus butacas y cerrar tras una hora y tres cuartos con “Chao, Chao”. Así, tras darse un pequeño baño de masas en el hall del Concha Espina al tiempo que íbamos recogiendo el Backstage, dábamos por finiquitado el bolo del XV aniversario de Diamantes Musicales.
Como siempre, nos queda la satisfacción de aportar nuestro grano de arena al tejido cultural de la ciudad y la recompensa y el aplauso por traer a estos músicos que han sido la base y que con tanto cariño son recibidos por esa generación de nostálgicos. En el 2020 Volveremos. Felices fiestas.
Crónica: Manuel Quintana Ortiz.
Fotos: Diamantes Musicales.