Dentro de esta serie de reseñas históricas sobre figuras clásicas que estamos haciendo en Noche de Rock para la sección del disco del mes, nos encontramos de forma recurrente con el mismo problema: artistas que desarrollaron el grueso de su carrera con anterioridad al desarrollo del LP como formato standard de la industria, por lo que gran parte de su producción mas representativa se encuentra diseminada a lo largo de recopilatorios, directos o grabaciones publicadas mucho después de su ejecución. Debido a esto, cuando afrontamos la elección de un disco en concreto nos enfrentamos a la disyuntiva de reseñar ediciones póstumas que nos muestren una semblanza global del músico, o acudir a trabajos tardíos ya originalmente en LP. El caso que nos ocupa “The Great Artistry of Django Reinhardt” pertenece a este segundo grupo ya que fue grabado en marzo de 1953, pocos meses antes de la muerte de Django.
Seguramente, desde un punto de vista mas historicista hubiera sido más representativo recurrir a grabaciones del quinteto del Hot Club de Francia, formación que compartía Django con su hermano Joseph en una de las guitarras rítmicas y el virtuoso violinista Stephane Grappelli. A fin de cuentas, fue este quinteto el que, en cierto modo, definió y popularizó la primera variante autóctona europea del swing original norteamericano, que ha llegado hasta nuestros días con las etiquetas de gypsy jazz o jazz manouche. En esta obra ” The great artistry” se muestra una evolución en tránsito que el temprano fallecimiento de Reindhart truncó. Dos aspectos fundamentales ilustran el giro que el guitarrista estaba dando a su carrera. Por un lado, sustituye su sempiterna guitarra acústica maccaferri por una guitarra eléctrica y, por otro, aparece acompañado por una sección rítmica de jazz standard compuesta por contrabajo, piano y batería, alejada de sus formaciones más habituales hasta entonces en las que la base la conforman contrabajo y guitarras rítmicas. Aunque en principio estos cambios suponen un alejamiento de su estilo característico y un acercamiento a fórmulas de instrumentación más cercanas a los cánones que se estaban imponiendo en Estados Unidos desde la evolución del bebop, lo cierto que aun en este nuevo contexto, los elementos de su sello personal siguen presentes con claridad, sobre todo en su forma de articular escalas y arpegios, adaptada a la lesión que sufría en su mano izquierda. Su fraseo sigue reflejando esa particular manera de entender el swing que identifica al jazz manouche, aunque empezando a incorporar elementos de la escuela guitarrística estadounidense derivada de Charlie Christian e incluso influencias del bebop.
Sin duda, su estancia entre los años 1946 y 1947 en Estados Unidos le puso en contacto con el entonces incipiente movimiento liderado por Parker y Gillespie, así como con la proliferación de guitarras eléctricos solistas en éste y otros estilos. Todo esto influyó en su obra posterior a su vuelta a Europa. La sección rítmica presente en “The Great Artistry” refuerza lo dicho, especialmente por la presencia del extraordinario bajista Pierre Michelot que, pese a su juventud ya había acompañado a muchos artistas americanos en sus giras europeas, entre otros el propio Gilespie o a Monk, y estaba llamado a convertirse, junto a Niels Henning Orsted Pedersen y Dave Holland, en una de las referencias indiscutibles del contrabajo europeo.
Por lo demás el disco alterna standards clásicos como el “Night and day” de Cole Porter con temas propios. Entre estos, destaca su canción más reconocible, que se ha convertido en un standard a su vez, “Nuages”, que aquí adquiere una nueva frescura interpretada en este contexto. También hay alguna curiosidad, cono una versión de “Brazil” o un blues dedicado al entonces presidente Eisenhower “Blues for Ike”.
La edición original consta únicamente de los 8 temas grabados en 1953 por este cuarteto, pero ediciones posteriores han añadido mas pistas, presumiblemente anteriores que cambian la base a guitarras rítmicas y la guitarra solista a acústica. Estas incorporaciones rompen un poco la unidad como obra de la impresión original aunque permiten apreciar la transición estilística que estaba en marcha de manera clara.
En resumen,” the great artistry” es una buena puerta de entrada a la primera gran estrella del jazz europeo, la cabeza visible de un subestilo, y uno de los guitarristas fundamentales del siglo XX.
Oscar G. del Pomar