Desde 2017 cuando publicaron sus primeras canciones han ido ganándose un hueco entre nuestros favoritos. Cuatro magníficos discos, enérgicos conciertos que no dejan a nadie indiferente y sobre todo una actitud llana y sincera que les convierte en la banda de Rock más todo terreno de la tierruca. Allá donde se pueda montar jaleo te les encuentras.
Pandemia salió en aquellos días raros en los que los conciertos estaban medio prohibidos. Hicieron una pequeña presentación en la Mina de la Gándara de Udías, que se recuerda como un día memorable. Con sillas y mascarillas, pero al menos entre amigos, disfrutando de estar vivos. La costumbre se hizo ley, y mira, Reset también ha tenido su fiesta primero en petit comité con ibéricos, empanada, cerveza, vino y acústico. Luego ya a lo grande en la planta baja del Cheers. ¡Qué bien nos tratáis!
En este primer pase descubrimos No Hay Nada Más, el tema acústico que cierra Reset y una versión desnuda de su tema más popular La Arrancadera. También aprovecharon para contarnos que a partir de ahora van a trabajar con Álex de Plan B (Ítaca, Rincón Cubano… ) para cerrar conciertos y dar un paso más allá con la banda. Seguro que este empujón les va a poner en el punto de mira de mucha más gente.
Una vez abajo descubrimos el Cheers transformado en sala de conciertos. Habitualmente el espacio tiene mesas y funciona como cervecería, pero es perfectamente ambivalente. Desde aquí les animamos a hacer una de estas al mes, por lo menos. No nos sobran locales para tocar y éste puede devolverle algo de vida a Cabezón. Últimamente no vamos mucho, puede ser una buena excusa.
Duro son unos tipos elegantes. Han heredado parte de esa tendencia esteta y arty que tenían las Moscas, pero con más energía y visceralidad. Las chaquetas de lentejuelas, las alfombras setenteras, los cuidados relicados y tuneos en las guitarras, las luces led de la batería, dan un punto extra a un show que por lo demás es Rock and Roll en tu puta cara. Punto. A secas, dicen ellos, que son más comedidos.
Como ya habían adelantado en redes tres de las siete del nuevo, intercalar el set fue sencillo. Tocaron dieciocho de sus treinta y tres canciones y no sobró ninguna, no hubo momentos de bajón ni desconcierto ante las desconocidas. En cuatro álbumes han conseguido una colección de memorables que la gente disfruta, canta y baila. Reset va directo al cuello, e incluso las que acababan de presentarse en sociedad tuvieron muy buena acogida.
Tras el brindis final, ruptura de la cuarta pared. Decían que si la montaña no viene a Mahoma… realmente no hacía falta, porque se tiraron todo el bolo con el público encima, a los lados e incluso detrás. Aun así quisieron llevarlo más allá y ni cortos ni perezosos se plantaron en mitad del jaleo para repetir La Arrancadera, pero ahora con todo. ¡Alzamos la copa al cielo y brindamos por este Reset recién parido, que tantas alegrías nos va a traer en los próximos conciertos!