DEATH METAL WEDNESDAY
Tener una gira tan potente como la de Dying Fetus junto a Fallujah, Malevolence y Goatwhore a un paso de casa era una oportunidad que no podíamos dejar pasar. Poco a poco Santander se mete en el circuito, de conciertos potentes.
Santander podría ser un punto de parada para giras internacionales tan válido como lo es Bilbao, al menos tenemos una sala tan válida como pueda ser cualquiera, anoche se demostró. Cierto es que por el tamaño de ambas ciudades tal vez nos quedamos más cortos de posible público aquí, pero también es cierto que no estamos tan saturados de eventos y algo como lo de anoche se convierte inmediatamente en uno de los eventos del año, no sólo para los fans de Dying Fetus si no para los seguidores del metal en general. La entrada rondó las 150 personas. Podría haber sido más, pero es un inicio, he estado en otros conciertos de bandas grandes en ciudades más grandes que rondaban esa cifra.
El cartel me pareció altamente interesante. Cuatro bandas americanas que no tendremos muchas posibilidades de ver a menudo y además cuatro estilos bastante distintos dentro del metal extremo, por lo que la noche se nos pasó volando.
Abrieron Fallujah, desde la bahía de San Francisco. Su segundo album “The Flesh Prevails” ha sido para nosotros una de las sorpresas de 2014 como ya comentamos en su día en el programa, así que teníamos muchas ganas de verles. Su música es muy compleja, con elementos de Deathcore pero muy enrevesado y progresivo. El concierto fue muy corto y no sonó bien desde el principio aunque poco a poco se fue ajustando, aun así dejaron muy buena sensación y vendieron una buena cantidad de CD’s tras su show. Aunque ya llevan en activo desde 2007 son peña muy joven, así que seguro que van a tener muchas y muy interesantes cosas que decir en el futuro próximo. Una banda muy a tener en cuenta.
Con Malevolence había un poco de confusión previa. Hay varias bandas con ese nombre, y eso en los tiempos de internet es un problema, por muchos kilómetros de distancia que haya entre una y otra. Por lo que comenté con alguna gente, varios traían escuchado de casa el último disco de sus tocayos portugueses en lugar de “Reign of Suffering”. Claro, la sorpresa fue mayúscula, porque estos Malevolence hacen un metal con aires mucho más modernos, con algunos riffs muy cortantes propios para movimientos de cabeza enérgicos y lentos. Salieron del concierto con el público mucho más dispuesto de lo que entró, así que bien, sin grandes alardes pero muy precisos y sonando como un cañón.
Desde Luisiana llegaba la siguiente banda que definitivamente se metió a la gran mayoría en el bolsillo. Tengo que decir que me había escuchado por encima su último trabajo “Constricting Rage of the Merciless” y no me había llamado particularmente la atención, pero en vivo no hay escapatoria posible, ya que desde el segundo uno te aprisionan con un black/death metal muy macarra y directo. Su frontman Louis Benjamin Falgoust II tiene una voz muy poderosa con registros agudos y profundos y además una presencia imponente en el escenario. La banda va directa al grano y no deja respiro. Nuevamente muy bien, convencieron a casi todos los escépticos e hicieron subir la noche un peldaño más.
Con Dying Fetus todos teníamos claro a lo que íbamos. Como dije al principio un concierto así en una ciudad como Santander se convierte en un evento que supera al público propio de la banda, así que seguramente no todo el mundo que estába allí fuese fan de los que tienen discos originales de la banda en su colección, pero hace Dying Fetus lleven ya casi 25 años de carrera y siempre han sido una de las máximas referencias del Brutal Death Metal, con lo que era un deber pasarse a verles, siendo seguidor o no.
Nos dieron lo que esperábamos, ni más ni menos. Una dosis salvaje de barbaridad sonora en todos los sentidos. Caña demencial y un nivel técnico de volverse loco. Algunas pausas entre temas entrelazadas por intros en las que aprovechaban para afinar y descansar un poco y por lo demás en resumen una bestialidad. Aunque ellos son bastante parcos en movimientos en el escenario (normal con lo que andan tocando) y la noche había estado tranquila hasta el momento (normal para ser miércoles) su concierto desató el caos en las primeras filas y se vieron moshes de echarse las manos a la cabeza.
Si, hoy es jueves y todxs tenemos palillos en los párpados pero no creo que nadie se esté arrepintiendo. ¡Que se repita!
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Oskar Sánchez.