Se ha especulado mucho sobre lo que habría significado el papel de Eddie en el mundo del rock and roll y cuán mayor habría llegado a ser su legado en la música popular moderna, de no haber fallecido aquel fatídico 17 de abril de 1960 durante su gira inglesa junto a Gene Vincent, que sí sobrevivió al accidente en el que su amigo encontró la muerte con solo 21 años.
En el momento de su fallecimiento Eddie no contaba más que con un sólo álbum en el mercado, Singin’ To My Baby (1957), amén de un buen puñado de memorables singles y diversas grabaciones. En aquellos días el sello Liberty preparaba lanzar al mercado el segundo larga duración, que no sería más que un recopilatorio de aquellos temas bajo el título “12 of His Biggest Hits” como apoyo al tour y que con la tragedia acabaría convirtiéndose en un “álbum conmemorativo póstumo” bajo el nombre “The Eddie Cochran Memorial Album”. Mis sentimientos siempre han sido encontrados con este álbum, no sabiendo muy bien si realmente la compañía actuó de forma noble al querer homenajear a Eddie, o simplemente querían sacar tajada de la desgracia de perder tan pronto y repentinamente a una de sus mejores bazas, lanzándolo sin perder tiempo apenas un mes después.
Sea como fuese, no deja de ser un disco recopilatorio que contiene nueve piezas que ya fueron editadas en singles, junto con otras tres que se habían editado en el primero (“Have I Told You Lately That I Love You,” “Lovin’ Time,” y “Tell Me Why”), grabadas entre enero de 1957 y enero de 1960. Tres años que recogen la esencia pura de lo que fue el sonido del artista, su personal técnica tanto a la guitarra como vocal, así como su estilo compositivo tan fácilmente reconocible en un género musical tan marcado y delimitado en estructura y armonía.
Himnos convertidos en clásicos tras su desaparición como “C’mon Everybody”, “Somethin’ Else” o “Summertime Blues” serían posteriormente grabadas en sendas versiones por artistas de lo más diverso, desde los Who, Beach Boys, Blue Cheer, T.Rex a los Sex Pistols o el roquero patrio Loquillo entre muchos otros.
En definitiva, ya sea como conmemoración a uno de los grandes (y más genuinos) pilares del rock and roll o fruto de las expectativas de sacarle rédito al malogrado rocker, no nos encontramos ante un simple recopilatorio… es el alma de Eddie.
Aparte de las ya citadas, el álbum se completa con “Cut Across Shorty”, “Sittin’ in the Balcony”, “Teenage Heaven”, “Drive In Show”, el clásico de Ray Charles “Hallelujah, I Love Her So” y la mítica del propio Cochran “Three Steps to Heaven”.
Dako