Pacis erit vobiscum.
Que la paz sea con vosotros.
Es tiempo de Cuaresma, tiempo de oración hermanos y hermanas. El pasado viernes, el grupo EL ALTAR DEL HOLOCAUSTO, nos convocó a un retiro espiritual, dentro de su tour – IT – para purgar nuestras almas y prepararlas para Semana Santa.
La cita era en el templo Barstereo Rockandrollbar de Logroño, y la íntima homilía daba comienzo a las ya pasadas 11 de la noche. En el altar, todo estaba preparado, austeridad, alguna cruz y cómo no, la imagen de La Virgen María ‘-SHE-‘bendiciendo la batería y los pedales.
Cómo buena feligresa, estaba impaciente de que esa roja atmósfera doom me envolviera. Todo estaba listo, y los 4 sumos sacerdotes del post-rock llegaron. Quizá algunxs no habéis estado nunca en los picaos de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja), pero el atrezo EADH es similar, túnica y capucha blanca, y aunque no hubiese autoflagelación en la espalda, el acto de fe de estos disciplinantes fue un golpeo continuado de guitarras, bajo y batería que nos elevó hasta el mismísimo cielo.
“Esta es la ley del holocausto: el holocausto mismo permanecerá sobre el fuego, sobre el altar, toda la noche hasta la mañana, y el fuego del altar ha de mantenerse encendido en él” Levítico 6:9
El directo estuvo marcado por un silencio muy respetuoso, seña de identidad de este cuarteto porquetal y como rezan los salmos, Dios solamente espera en silencio nuestra alma. El ritual duró hora y pico canónica e interpretaron maitines, laudes y vísperas de sus discos HE (2013), SHE (2015) y Espíritu Santo, IT (2019). En algunos de los temas, como por ejemplo con “Ego Sum Via Veritas Et Vita” los pesados riffs se mezclaban con los aspavientos, martirios y plegarias de los cuatro elegidos, transmitiendo el verdadero mensaje de la ira de un Dios misericordioso contra la injusticia de los hombres. Sin embargo, con un imprescindible “Lucas I, 26-38” ese solo de guitarra transmitió la paz y confianza que tenía María ante el anuncio de que sería la madre de Jesús de Nazaret, porque para Dios no hay nada imposible. También hubo espacio para CRVCIS (2016) mi credo favorito, y es que estos salmantinos consiguen con sus himnos teletransportarnos hasta el mismísimo monte de los olivos.
Las comparaciones son odiosas, pero para mí tienen una mezcla maravillosa que me recuerda a Russian Circles, Amenra, Batushka, Cult of Luna y a TOUNDRA. Y eso les hace especiales y sobretodo únicos en la escena estatal (y no sólo precisamente por la escenografía santísima). No podíamos irnos sin la bendición final, y es por eso que los creyentes que estábamos presentes, sedientos de fe, pedimos que ampliasen los rezos un poquito más. Agradecidos, nos regalaron hasta una danza profética en forma de pogo. Sólo puedo decir, que fue una celebración que a muchxs les va a costar olvidar. Gracias por santificar esta tierra de vino.
Crónica y fotos: María Barco.
1 comentario. Dejar nuevo
Qué ganas de resarcirme de aquel concierto que vi en formato trío. S ver si vienen por Alicante