Tras muchas cancelaciones y retrasos el pasado viernes día 30 fuimos bendecidos por la gracia de El Atar del Holocausto que por fin pudo presentar como se merece su EP Trinidad, el día no empezó bien el viernes fue uno de los días mas lluviosos y desapacibles en mucho tiempo en el norte, un frente frio dejo copiosas lluvias batiéndose records de agua caída por metro cuadrado, pero a la tarde fue mejorando el tiempo viéndose algún claro en el cielo antes del concierto, coincidencia, no lo creo.
La banda Salmantina de post rock instrumental lleva en activo desde el 2012 y tiene 3 discos de estudio (He, She, It). Aprovechó el parón durante la pandemia para entregar a sus fans el EP Trinidad (2021), el cual están presentando en una extensa gira por todo el estado. Una sala Stage Live prácticamente llena (hay mucho creyente en Bilbao) presagiaba un gran bolo y así fue, era mi segunda homilía (Dimetal Fest 2019) y la primera vez que les veo en sala, creo que es en sala donde de verdad se disfruta de toda la iconografía y toda la liturgia que acompaña su propuesta, la ambientación del escenario nada mas entrar era espectacular, el escenario imita a un Altar (obviamente) con un gran cartel con el nombre del grupo de fondo, me acerque a la zona de merchan y a parte de los cds, vinilos y camisetas (muy guapas por cierto), venden postales con el nombre del grupo y la letra del Padre Nuestro, le saque foto a un cartel que colgaba en varias paredes de la sala, geniales.
Tras una larga intro con coros eclesiásticos y tras una cortina de humo, presente durante todo el concierto que dificultaba sacar unas fotos decentes (por mi culpa por mi gran culpa, bueno y la de mi móvil) empieza la homilía con un publico un poco frio al principio y es que si algo caracteriza la música de el Altar del Holocausto es que te va atrapando poco a poco, el bajista pedía silencio con gestos entre tema y tema, es curioso como no se salen del papel, el batería esta todo el rato haciendo gestos de dolor y resignación, el guitarrista mas corpulento haciendo el gesto de la cruz (hablo en genérico sobre los músicos porque no se conocen sus identidades), nos invitaban todo el rato a acercarnos mas al escenario, destacar que no hablan en ningún momento solo se comunican con el publico por gestos. Era la segunda vez que les veía, la primera vez que les ves te quedas impactado y estas todo el concierto con la boca abierta no creyéndote en muchos momentos lo que estas viendo, ya a la segunda y sabiendo lo que te vas a encontrar ese impacto se diluye bastante, pero su propuesta sigue siendo abrumadora.
Muy buena entrada en la sala, parece increíble que un grupo instrumental congregue a tanto discípulo, el rollo que llevan le da a la homilía un extra de teatralidad que te va atrapando y no te suelta, la comunión con el publico fue ganando intensidad, en los últimos temas el publico coreaba las melodías de guitarra como si de un tema de los Maiden se tratara, hacia el final del concierto el guitarrista principal con un gesto a lo Moisés dividió la sala en dos creándose un pasillo central como si del mar Rojo se tratara, fue andando por ese pasillo hasta que el tema rompió el ritmo y se produjo un mosh pit con toda la sala saltando en unión (miembro del grupo incluido) fue el momento mas épico del bolo que duro mas o menos hora y media, todos salimos satisfechos y gozosos, esta banda no deja de crecer y es en concierto cuando toda su propuesta cobra sentido, pero si que eche de menos ese impacto de la primera vez que les vi.
Es un grupo cuya propuesta hay que verla y vivirla al menos una vez en la vida, su gran fuerza visual junto a su intrincada música te sobrecoge, te atrapa y no te deja indiferente, sobre todo os recomiendo que llevéis con vosotros a alguien sin decirle absolutamente nada, van a flipar y se harán devotos de El Altar del Holocausto. Que la paz sea con vosotros.
Texto y fotos: Sergio Martin