El camino nos ha llevado por senderos insospechados y lo que comenzó como un pequeño programa de radio en la emisora local de Cabezón se ha terminado convirtiendo en una navaja suiza que nos ha permitido organizar conciertos y festivales underground, colaborar con museos, organizar presentaciones de libros y ciclos de filmoteca independiente. Todo siempre desde una perspectiva no comercial, con el amor al arte como motivación y con ganas de hacer de la cultura una herramienta que transforme el entorno en el que vivimos. En estos años nuestro camino se ha cruzado también con el de varios ayuntamientos en nuestro entorno. En nuestras charlas aquí y allí con alcaldes y concejales siempre hemos expuesto la misma idea. Cualquier pueblo debería disponer de una pequeña sala multiusos, un espacio diáfano con sillas desmontables, un pequeño escenario, un pequeño equipo de sonido y luces y un proyector. Un sitio en el que los vecinos puedan acudir como espectadores a los actos programados desde el ayuntamiento, pero que esté disponible para que los propios vecinos puedan ser los actores, músicos, conferenciantes, protagonistas de su propio espectáculo.
Es una idea sencilla pero que cuesta mucho comprender, porque estamos acostumbrados a una cultura vertical en la que Dios llueve maná y el pueblo lo recolecta, el señor regala dádivas desde su castillo y los campesinos se aglutinan a ver que recogen. Una cultura participativa en la que todo el mundo tenga algo que decir y los espacios construidos y pagados entre todos sean de uso público es más indómito e incontrolable, por eso, en general, gusta menos.
El contacto con Miengo surgió a través de un grupo de Facebook primero y uno de Whatsapp después. El acordeonista Gorka Hermosa y la concejala Tatiana Infiesta se ponen manos a la obra para localizar a cualquiera en el entorno que tenga cosas que aportar. Resulta que tirando del hilo aparecen poetas, magos, músicos de todos los estilos, ilustradores y un largo etc. que se ponen manos a la obra para un gran proyecto en común apodado Miengo Cultura, y que iba a tener lugar durante el fatídico fin de semana del 20 de Marzo.
Como suele suceder, a veces las grandes ideas desembocan en otras cosas, y esa energía se está empezando a encauzar hacia una programación continua, que nutre al pueblo de actividades cada semana. Además de la colaboración de Noche de Rock con los conciertos de Mehnai, Soulbane, Rimshot, Granada Goblin (y los que quedan por venir) el centro cívico ha acogido en estos meses actividades tan interesantes como el ciclo de la Filmoteca de Cantabria con proyecciones mensuales (Los Hermanos Sisters, Una Vida entre Cuerdas…), la representación de Marionetas Fantasyreal con Antonio Manrique explicando la mitología de Cantabria a los más pequeños, el cuentacuentos de El gato con Botas, la presentación del libro de Poemas “La Madera que Arde” de Mariano Calvo (en colaboración con la biblioteca de Miengo), la obra de teatro La Investidura (dentro del ciclo La Cultura Contraataca y celebrando los 30 años del Palacio de Festivales) o la charla sobre arte moderno “El Vaso Medio Lleno” a cargo de Marta Mantecón responsable de la Sala Robayera.
Esa es sólo una pequeña muestra de lo programado, a la chita callando, en los últimos meses, recuperando un espacio que estaba claramente infrautilizado, y convirtiendo a Miengo en un referente a seguir por los pueblos de su entorno. Ha sucedido poco a poco, pero visto en retrospectiva es impresionante como un lugar tan pequeño ha conseguido sacar adelante una programación como esta, luchando con responsabilidad pero sin miedo y aprendiendo sobre la marcha a caminar bajo la lluvia en lugar de resguardarse a esperar a que pase el chaparrón. El centro cívico se ha convertido en un referente, un lugar accesible y cercano, que crea comunidad y hace que en el pueblo se respire de otra manera. Por nuestra parte hemos mudado el estudio y la asociación aquí, y mientras este clima acogedor se mantenga, tiene pinta de que vamos a quedaronos un buen rato.