En un futuro distópico, no muy lejano en el tiempo, la tasa de natalidad del mundo se desploma como resultado de las infecciones de transmisión sexual y de la contaminación ambiental. En ese caos, el gobierno teocrático, totalitario y fundamentalista religioso de la «República de Gilead» crea nuevas reglas para un nuevo Estados Unidos tras la guerra civil.
La sociedad está organizada con un jerárquico fanatismo religioso y nuevas castas. En ella, las mujeres son subyugadas; por ley no tienen derecho a trabajar, a leer, escribir, o a controlar dinero o propiedades. La infertilidad mundial ha llevado al reclutamiento de las pocas mujeres fértiles que quedan en Gilead, las llamadas criadas de acuerdo a una «interpretación extremista» de un versículo de la Biblia. Cada criada es entrenada, corregida y educada para luego asignarla a los hogares de los líderes políticos, donde pierden su nombre adoptando uno nuevo formado por el nombre del comandante asignado con el prefijo «De», forzandolas a una violación ritualizada por sus amos para quedar embarazadas y darles hijos a las élites familiares.
Junto a las criadas vestidas de rojo, gran parte de la sociedad está ahora agrupada en clases que determinan lo que se puede y lo que se debe hacer. La categoría social a la que pertenecen las mujeres está representada por el color de su vestido: las criadas visten de rojo, las Marthas de verde y las esposas de azul. La econogente, mano de obra barata de clase baja, que todavía tienen un mínimo de independencia, son una especie de mezcla de todas estas categorías, y usan el gris (una desviación de la novela en el que la econogente usa rayas). Se espera que las esposas administren sus hogares, las Marthas son amas de casa y cocineras, y las tías entrenan y supervisan a las criadas. Además, los ojos son una policía secreta que vigila a la población en general en busca de signos de rebelión, los cazadores rastrean a las personas que intentan huir del país, y las Jezabel son prostitutas de lujo en prostíbulos secretos que atienden a la élite de la clase dominante.
June Osborne, llamada Defred, es la sirvienta asignada a la familia del comandante Fred Waterford y su esposa Serena Joy, está sujeta a las más estrictas reglas y al escrutinio constante. Una palabra o una actitud indebida puede conducirla a la ejecución. Defred, que lleva el nombre de su amo como todas las criadas, recuerda su anterior vida, cuando estuvo casada y tuvo una hija, pero ahora todo lo que tiene que hacer es seguir las reglas y órdenes de Gilead, con la esperanza de que algún día pueda ser libre y vivir con su hija. Los Waterford, parte de la élite que gobierna Gilead, tienen sus propios conflictos con las realidades de la sociedad que ayudaron a crear.