Nos vamos enamorando del Santiago Galas. Un centro vecinal que lleva un montón de años en funcionamiento, pero que en la última época ha sufrido una reestructuración y reacondicionamiento, dotando a Cabezón de un pequeño teatro muy funcional que se va utilizando cada vez con más frecuencia para hacer representaciones. Esperamos que en breve sirva también como auditorio musical, porque falta nos hacen más lugares donde ir a escuchar o tocar.
La cita para este domingo era a cargo de Fantastique una compañía asturiana fundada en 2017 y que practica un teatro muy moderno dando a la tecnología un papel co-protagonista y haciendo que sus obras funcionen a medio camino entre el teatro más clásico y la interacción virtual con proyecciones o personajes animatrónicos.
La representación se incluye dentro del ciclo Camino Escena Norte, una interesante propuesta que pone en comunicación a compañías de Galicia, Asturias, País Vasco y Navarra en un intercambio que nos permitirá descubrir espectáculos que de otra forma tal vez no nos hubiesen visitado, a la par que lanzar lejos con más facilidad a las compañías locales.
El Secreto de Julio Verne sucede en el ático de la antigua casa del maestro. Su hijo y nieta está a punto de mudarse para reconvertir el lugar en un museo. La última noche que pasan allí descubre un diario secreto en el que Verne narra las aventuras que inspiraron sus libros. A partir de ese momento la escena se convierte en una aventura gráfica cercana a una sala de escape, en la que la niña tendrá que encontrar las claves necesarias para poder rescatar a unos viejos amigos de su abuelo.
Las referencias a Verne están sorprendentemente bien enlazadas, y la obra nos sirve para redescubrir su literatura y que nos entren muchas ganas de releer a los clásicos.
Tras la representación tuvo lugar una pequeña entrevista en la que Irene Santos y Adrián Cuervo compartieron anécdotas y desentramaron los entresijos de la producción, siendo moderados por Marta López de Arte en Escena. Entre el público había también miembros de otras compañías de teatro, que aprovecharon para intercambiar experiencias y aprender mutuamente. Sin duda un valor añadido a la tarde de domingo, porque nos ayudó a aprender un poco más sobre el teatro y nos permitió escuchar a los dos miembros de la compañía desde fuera de sus papeles.
Fotos: Fantastique y Oskar Sánchez