A principios del siglo XVII vivió en Hungría un personaje único en su género, la aristócrata Erzsébet Báthory, también conocida como la Condesa sangrienta. En un plazo de ocho años secuestró, torturó y asesinó salvajemente a setecientas chicas. Fanática de la brujería y del culto a la sangre, Erzsébet Báthory iba a convertirse en la mayor asesina en serie de la Historia, superando incluso el récord de víctimas de Pilles de Rais, Barba Azul. Ésta es una recreación novelada de su vida y sus crímenes, además de una valiente inmersión en la genealogía del mal en estado puro. Ella, y no Vlad Tepes, fue la verdadera Drácula, pues cometió, con sus propias manos, un genocidio sistemático sin parangón en los anales de la criminología de todos los tiempos.