El Vidiago Rock es un festival de música que va a cumplir su XIV edición, gracias a un grupo de gente “con sangre en las venas”, mucha ilusión y sobre todo, muchos cojones. No solo han conseguido que el festival llegue a cumplir 14 años, si no también que cada vez más gente se enamore de las bandas que protagonizan los carteles año tras año, del trato de la organización tanto con las bandas, como con el público asistente y demostrando que hay relevo musical de calidad para dar y tomar. Lo que Noche de Rock llamamos: “festival con alma”. Tenemos el placer de poder hablar con uno de los principales pilares del Vidiago Rock, como es Ana Blanco: la fotógrafa, community mánager, secretaria, y muchísimo más del festival.
NDR: Hola Ana, siento que te salgan los colores, pero no se puede negar la evidencia.
ANA: Jajaja, bueno, pues muchas gracias por tus palabras. Efectivamente hay cosas que no se pueden negar, yo también soy una enamorada del Vidiago y de la gente que lo apoya y trabaja año a año por sacarlo adelante.
NDR: Madre mía, 14 años ya. ¿Quién iba a decirlo en los comienzos?. ¿Cómo comenzó ésta aventura?.
ANA: Pues parece que a mediados de los 2000 hubo en Asturias un boom de bandas locales y de festivales pequeños: casi cada pueblo tenía un festival con su nombre en el que se trataba de dar visibilidad a los grupos de la zona y donde intentaban llevar a algún cabeza de cartel medianamente reconocido que moviera a la gente. ¡Lo que hace del Vidiago algo especial es que haya aguantado en pie tantas ediciones consecutivas!.
En mi caso, yo me subí al carro del Vidiago más adelante. Llegué casi de casualidad en 2010, y aluciné con que en un pueblo tan pequeño hubiera tanta implicación y tanta pasión por la música. Como he dicho antes, eso enamora, y al año siguiente ya estaba echando un cable en barra. Creo que esto es algo que les ha pasado a muchas de las personas que están involucradas de una manera u otra con el Vidiago y en gran medida es lo que hace que sea, como decís, uno de esos “festivales con alma”.
NDR: El festival, ha cambiado de localización más de una ocasión y hasta hace tres años, con entrada gratuita. ¿A qué se ha debido?. ¿Alguna vez os planteasteis tirar la toalla?.
ANA: El festival nació en La Bolera del pueblo de Vidiago y ahí se mantuvo hasta su décima edición en 2015. Poco a poco (y por suerte) ves que la cosa va creciendo, y la infraestructura ya no te permite llevar a cabo las ideas que tienes, así que hay que buscar un espacio más adecuado, no queda otra.
El tema de la entrada, más que por cuestiones económicas (que también, al final es un festival sin ánimo de lucro que trata de autogestionarse como puede), ayuda a controlar la asistencia y a garantizar que quien está allí es porque quiere disfrutar de la música y apoyar el mundillo. Siempre decimos que el precio es casi simbólico: son 10 euros que se puede permitir básicamente cualquier bolsillo y que a la Asociación le sirven de mucho.
¿Y si nos hemos planteado en algún momento tirar la toalla? Claro. Cualquiera que siga mínimamente de cerca el mundo de la música sabe que es muy complicado tirar para adelante, y en ocasiones muy frustrante. Hemos tenido varios momentos de esos en las últimas ediciones: los cambios de recinto con problemas de última hora, los sobrecostes que surgen cuando cae el diluvio universal durante la XII Edición o los años en los que no recibes el apoyo institucional que esperabas son buenos ejemplos.
NDR: Es más que evidente, que el Vidiago Rock ha evolucionado mucho en bastantes aspectos de hace unos años para acá. ¿Tú cómo lo ves?. ¿Tenéis “planes de futuro”?.
ANA: Yo qué voy a decir, estoy encantada con la evolución, jajaja. La organización en general está muy orgullosa y muy agradecida con la respuesta del público, cada edición que pasa nos sorprende más. Haber llegado a vincular el nombre de Vidiago con el de bandas internacionales como Stoned Jesus o Siena Root ha sido todo un logro, todavía lo piensas y cuesta creerlo. La idea es tratar de mantener ese nivel y de ahí, seguir subiendo. Pero tampoco aspiramos a que el Vidiago acabe siendo uno de esos macrofestivales multitudinarios; el espíritu del Vidiago es el que es y, claro que nos gustaría llenar cada año el espacio que tenemos, pero no más. ¡Somos fieles a la tabla media!.
NDR: Parece que vuestro formato actual consiste en banda de Asturias, banda de Cantabria, dos o tres bandas nacionales y una internacional. ¿Qué os llevó a tomar la decisión de meter a una banda internacional?.
ANA: Al igual que con el cambio de recinto, era el paso lógico que había que dar para seguir creciendo, y después de la que se montó en la décima edición que creímos insuperable, no quedaba otra, ¡había que dar el salto!. Además, coincide con que comienzas a hablar con promotoras que programan giras a bandas internacionales, que tienen contactos y muchas ideas y, claro, eso facilita las cosas un montón.
NDR: ¿Qué nos va a traer el XIV Vidiago Rock?. Vamos, que me lo vendas, jejej.
ANA: Por lo pronto, todas las cosas que trae siempre el Vidiago. Para mí los imprescindibles son los directos de las bandas y la calidad del sonido. Bueno, y las costillas, jajaja. Poder ver a seis grupos de esa calidad por 10€ (echa cuentas, poco más de euro y medio por grupo), es una barbaridad. Además, como siempre, habrá precios populares en barra (y cerveza, cerveza, no sucedáneo de festival) y puestos de comida. Y ya que estamos os desvelo un secreto: ¡también habrá cervezona de la mano de Redneck Brewery!.
Luego ya, para quien no conozca el concejo de Llanes, el entorno es una pasada. Hacer el turista por la mañana, comer un buen cachopo, tomar unos culines de sidra y a primera hora arrimarse al festival yo creo que es un plan perfecto.
Con el público fiel ya contamos, pero para quien no haya venido nunca y se lo esté pensando: que sepa que quien viene repite. ¡Por algo será!.
NDR: Muchas gracias por tu tiempo Ana, nos vemos el 20 de julio.
Gracias a todo el equipo de Noche de Rock, ¡nos vemos el 20 de julio!.
Foto Sienna Root: Ana Blanco.