Domingo cualquiera, hace malo y la tarde no ofrece mucho. Me molaría quedarme en casa bajo una manta y engancharme a una serie mala hasta que me duelan retinas, pediría pizza si no hubiese que marcar. El plan es imposible, tener hijos es la guerra continua, y mejor que en casa en cualquier sitio.
Me llega un mensaje con no-se-qué de “ciencia y feminismo” en Corrales y antes de acabar de leerlo ya estamos fuera. El tema nos mola, en casa somos fans de las Herstoricas y en general de los personajes ilustres, colección científicos de Jordi Bayarri y esos cuentos que vienen con el periódico, mediante.
Nunca había estado en el TM de Corrales. Debería de haber un espacio así en cada pueblo, programando a muerte para despegar a la gente del sofá a la fuerza, cada domingo. Cada vez que llueva, y cuando no.
La esencia de la obra juega con el concepto de influencer. Imagínate que en la peluquería en lugar de tener el Hola tuviesen la Science, o el National Geographic por lo menos. Imagínate que detrás de cada telediario hubiese una ristra de noticias científicas que pusiesen de moda el jeto de las que están tirando de esta civilización para adelante. Imagínate que el tema de conversación fuese, mayoritariamente, descubrir, investigar, avanzar como seres humanos. Imagínate que cada día por un motivo u otro se hablase alguna vez en alguna tertulia sobre Angela Ruiz Robles, Estefanía Matesanz, Margarita Salas, Mara Dierssen o Clara Grima.
Dejadme hacer un paralelismo: Hace poco hablábamos por aquí de Rockin’ Ladies. El porcentaje de las mujeres en bandas está creciendo, pero aun está lejos de llegar a la mitad. Hace unos años había quien defendía que a ellas no les interesaba tanto la música y por eso no se compraban un instrumento. Ahora, poco tiempo después tenemos argumentos aun mucho más sólidos para defender que lo que sucedía es que no había un buen número de referentes y por eso, al no verse reflejadas, al no sentirse parte, elegían otras alternativas de expresión artística. Cuantas más son, más serán, cuanto más expuesto está su trabajo, más posibilidad habrá de que una niña fije sus pupilas y decida que ese camino es el que quiere recorrer de mayor.
Entré con pereza y salí con entusiasmo, de haber conocido a otro grupo de locas que dedica más tiempo y esfuerzo del humanamente razonable a un ideal. En el fondo tan conectado con lo que hacemos, conocer algo, fliparlo con ello, no entender como todo el resto del mundo puede permanecer ciego ante una maravilla así y sacrificar tu vida por contarlo.
Vivimos tiempos de crisis y la regresión es trending topic, menos mal que aún quedan algunas mujeres y hombres que no están dispuestos a ceder ante los terraplanistas, los creacionistas y los negacionistas del cambio climático. En la estupidez siempre ha estado el enemigo.
Bravas!