Los que pillamos a Extremoduro tiempo antes del Agila tal vez le tengamos más cariño a sus predecesores, pero parece claro que si queremos encontrar una montaña a la que subirnos para evaluar toda su carrera esta sería la más significativa.
Lo que sucedió con esta banda en 1996 fue tan insospechado como sorprendente. Extremo siempre fueron una banda muy particular, con influencias muy distintas al resto, con una capacidad inusitada para combinar el lenguaje callejero y las vivencias de los barrios marginales, con la sutileza de la poesía. Empeñados en meter las cosas en cajas, gran parte del público y la prensa no parecía entender que aquello de “Rock Kalimotxero” se les quedaba a todas luces pequeño. Si bien “Rock Transgresivo” y “Somos Unos Animales” tenían un tratamiento más crudo “Deltoya” y “¿Dónde Están mis Amigos?” parecían ser más ambiciosos a nivel musical, con más arreglos que engrandecían las composiciones. Cuando Selu, saxofonista de Reincidentes, lio a Robe y compañía para grabar “Pedrá” quedó claro que se abría la puerta a una liga completamente distinta en la que incluso las influencias progresivas no quedaban fuera del tablero. A veces me pregunto cómo juzgaríamos la música que ha hecho Extremo si cantasen en otro idioma que no fuese el nuestro.
Nadie duda ya. Agila es parte de la historia musical de este país. La colección de canciones está tan tatuada en el subconsciente colectivo que el disco parece un grandes éxitos, pero volvamos un poco la vista atrás…
Cuatro discos sobre la mesa, millares de cintas rulando por los institutos, sus canciones sonando insistentemente en los casettes cuando los amigos se reunían a beber en la calle, giras con conciertos en los que la gente coreaba éxitos como “Pepe Botica”, “Jesucristo García”, “Deltoya”, “La Hoguera”… y la prensa y la radio, salvo excepciones muy especializadas e independientes, ni puto caso. Pero ni puto caso eh? Ahora es ya fácil volver la vista atrás y subirles al olimpo, pero lo cierto es que en su día, excepto la anécdota de Plastic, y alguna reseña en revistas heavies no llegaron a salir del circuito más independiente.
En el 96 le dan una vuelta de tuerca a todo. Robe tiene claro que Extremoduro es él, siempre lo dijo, y decide remodelar toda la banda manteniendo sólo a su bajista. Adicciones, borracheras en escena, diferencias económicas, distancia geográfica entre varios miembros… gran parte de todo aquello iba a quedar atrás, convirtiendo a Extremoduro en una banda mucho más sólida.
Platero y Tú y Extremo suelen compartir escenario, y su buena relación hace que Iñaki pase a ser productor del nuevo disco: Boom! jackpot para Dro y para ellos, claro. Más tarde incluso se cambiarían músicos en escena en un concepto de concierto intercalado. Iñaki le cogió el gusto y decidió entrar a formar parte de Extremo con la consiguiente separación de Platero y el inicio de la carrera en solitario de Fito.
Pero volvamos al 96; al triple mortal que lo cambia todo. Los compañeros de pupitre que te miraban raro se saben todas las letras, Extremo comienzan a sonar por todos los lados también en los bares en los que nunca entrarías, primero en la calle y luego también en la tele, incluso el vídeo de So Payaso llega a los 40 principales y es premiado en los premios de la música. Robe lo aceptó con cierta resignación “Es como si vas a un bar a tomar una cerveza y te dan un pincho de tortilla”.
Está claro que una producción más limpia podía extraer todo el jugo a las buenas canciones y sacar a Extremoduro de las cloacas, pero no creo que nadie esperase que el disco reventase de aquella manera, consiguiendo un Disco de Oro en menos de un año. La gloria estaba ganada y Robe no nos defraudó. Podría haberse acomodado y sacar un Agila cada año, pero su gran talento es hacer lo que se le pone de las bolas. Por si alguien lo dudaba en seguida publicaron un directo que dejaba el mensaje claro “Iros todos a tomar por culo”. ¿Habéis vuelto a escuchar los discos que grabaron después? ¿Habéis escuchado los discos en solitario de Robe desde esta perspectiva? Libertad absoluta creativa. Qué poca gente utiliza el éxito para hacer lo que quiere, liberándose de todas las ataduras… ¿Para qué vale el dinero, si vas a ser esclavo de tus fans?