Raro: Un festimad de lo más extraño este de este año. Como sabéis sólo se podía acceder con invitación, algunos la consiguieron, otros no, lo de los pases de prensa a pesar de nuestro apoyo en años anteriores esta vez se puso cuesta arriba.
Empezando por que el sistema de entrada no era adecuando, ni mucho menos, el lugar ha demostrado en repetidas ocasiones ser una basura, y bueno, la asistencia prometía ser más bien limitada, nos enfrentamos al Festimad 2006. Ni tanto calor como otros años, ni tanto polvo, ni tanto alcohol. Empezamos la tarde saltándonos a los grupos de concurso, lo que en serio, siento. Pero no estaba preparada para entrar a un sitio donde los cachis valen 9 euros aún siendo de Cola, y estar allí más de 5 horas. Así que nos ceñimos a lo estrictamente necesario. Que en el caso del viernes eran Deftones y Tool. Comenzaron Deftones tremendamente puntuales, y gritones, y con un sonido que dejaba TODO que desear. Mucha actitud en el escenario, se ve que el grupo se divirtió bastante: los vi bastante más activos que en otras ocasiones, y como suele pasar con Chino Moreno, dando protagonismo al espectáculo de directo en detrimento de la calidad sonora, aunque me parece que ha recuperado bastante voz, respecto a la última vez que los vi hace ya 3 años. Más enérgicos, más violentos, siguen siendo Deftones. Para los puristas, una mierda de concierto, para los que no vamos a escuchar un disco en directo, sino a divertirnos, un show divertido, y más o menos correcto. Al menos ellos no estaba quietos, como en el momento en que el guitarra se dirigió al público comentando algo como que ellos tenían algo que muchos ahí abajo (entre el público) querían, y, entre risas, y despiporres varios entre miembros del grupo empezaron a repartir algo que no parecía del todo legal. Presentaron dos nuevos temas, que oscilan entre la caña del “Adrenaline”., y la progresión calculada del “White Pony”, y repasaron sus clásicos, haciendo, como en el final, un curioso midley entre “7 words”, y varios temas de su primer trabajo, “Adrenaline”.
Tool comenzaron sobre las 11 menos cuarto, puntuales, y fríos, distantes, pero perfectos. Unas grandes pantallas al fondo del escenario nos amenizaban el concierto con imágenes de los vídeos, psicodelias varias, pero sin imágenes del grupo. Y esto, cuando se está sentado en las gradas porque en cansancio puede mas, se hubiera agradecido. El sonido fue mejorando tema a tema, y en el tercero o el cuarto ya sonaba aplastante, limpísimo, perfecto. Y eso en la Cubierta es casi imposible. Una ejecución perfecta, un repaso por sus temas más conocidos, como Stinkfish , con la que empezaron, Sober, Vicarius, Aenima, Schism, donde el público se entregó totalmente. Lleno total a estas horas, por supuesto. Maynard aparecía subido en una plataforma al lado de la gigantesca batería, río, sin asomarse al centro del escenario, con un gorro de vaquero, y el torso desnudo, contorsionándose, hipnotizante. Pero en conjunto si, son perfectos, sonaron perfectos, pero me dejaron completamente fría.
Al día siguiente nos planteamos entrar algo antes, pero las circunstancias se conjugaban en nuestra contra, así que al menos entramos a ver a Zoo, que me sorprendieron muy gratamente. El trío practica una especie de post rock muy melódico, aderezado con partes que e recordaban a cuando a Sonic Youth se les va la pinza. Ciertas reminiscencias en lo melódico a A perfect circle, pero un sonido matizado, y enfocado hacia algo personal, y ya con nombre propio. Aunque estará bien ver la evolución del grupo, de todas maneras. Un directo recomendado, elegante y eléctrico (pese al sonido del que “disfrutamos en la cubierta”).
Después vendrían Soilwork, con un sonido infernal, que ni intentaron arreglar desde la mesa, como habíamos venido observando los días anteriores. La voz casi no se oía, la presencia del teclista era testimonial, y al menos, caña metían, y de vez en cuando si que notabas un estribillo, que al menos, aprovechabas a tararear. Pero a delirante presencia del bajista, que recuerdo borracho como una cuba el pasado año en el Furyfest, (ésta vez parecía su actitud más producto de sustancias psicotrópicas) salvación a este directo escasísimo de público -se nota que el domingo no es el día ideal para ningún concierto-. El setlist, correcto, acabando con “As we speak”, pero dejando al público con ganas de un mejor sonido, porque la verdad es que fue más lamentable que en deftones, que ya es decir.
Y llegaba el momento largamente esperado. Realmente no se qué decir de éste concierto. Tengo una sensación agridulce. Por un lado me parece casi pecado el hecho de que un grupo vuelva sin uno de sus componentes más importantes, y el cantante en este caso. Un caso de muerte. Y además que vuelvan en una gira meramente lucrativa. Podrían acabar de ensuciar la imagen del gran grupo que han sido. No se, para mi, esto no es honesto. Pero la curiosidad pica más, y, en el fondo, para los que hemos crecido en los extraños noventa, tener la oportunidad de ver a uno de los grupos de cabecera de un movimiento del que ya no queda casi nadie, un movimiento en el que la depresión, las drogas, los suicidios hicieron mella brutalmente, privándonos en muchos casos de melodías y sentimientos que no tienen equiparación sin el entorno amargo de unos 90 que empezaron desencantados, y amenazaban con dinamitar todo. El grupo salió a escena sonriendo, y comenzando a tocar “Love hate love”, si no mal recuerdo. La verdad es que el cantante que han escogido lo hace bastante bien, se mueve, tiene presencia para estar ahí arriba sabiendo que todo el mundo echa de menos a aquel chico pálido y esquelético, y siempre a punto de romperse, pero siempre desgañitándose. Me pareció un chico con una voz realmente muy bonita, y en cierto modo parecida a la de Layne, lo que corrobora el hecho de que Jerry Cantrell le escogiera para hacer la parte de Layne en las canciones que AIC que tocaba en sus conciertos de su proyecto en solitario. El sonido no dejaba distinguir, aún así, muchos matices de voz, y ni siquiera el bajo se oía demasiado. Había una especie de empastado en el sonido que no dejaba distinguir nada. Luero parece que mejoró algo, pero aún así, nunca llegué a distinguir el todo la voz del nuevo cantante. Hicieron un repaso a temas conocidos, temas de sus primeros discos. Momentos especiales llegaron al tocar “Rain when i die”( debería de estar prohibida esta canción),“Down in a hole”,. “Rooster”, “Would?” , que dio lugar al paro tras el que vendrían, sorpresivamente, sólo dos temas más, con lo cual el concierto pecó de cortísimo. Una hora y cinco minutos, más o menos, cuando Tool el día anterior habían tocado hora y media. Jerry Cantrell agradeció al público la asistencia (poquita gente, la verdad), comentando que nunca pudieron venir antes, y que estaban contentos de haber tocado aquí. La conclusión es que el show fue correcto, correctísimo. Pero hay cosas insustituibles, personas, y sentimientos que no son reemplazables, y mitos que deberíamos recordar de otra manera. A muchos fans les ha encantado. Yo lo he visto, y si, no estuvo mal, pero prefiero a cualquier grupo de amigos haciendo una versión que ver cuasimancillado el espíritu de una banda en la que las letras atormentadas, y la conciencia sobre la propia destrucción no pueden estar más patentes. El espíritu sigue vivo, pero no estuvo ahí, de eso estoy segura.
No era posible sacar fotos en el evento sin pase de prensa, así que ni me molesté.
Crónica por Lady Ligeia, fotos por Terra / EFE.