En el programa llevamos años defendiendo la idea de que en el Thrash Metal, como en tantos otros estilos muchas veces unos llevan la fama y otros cardan la lana. Así que este año el destino me dio lo que parece que andaba buscando. Tuve que deshacerme de mi entrada para el macroevento del año, por motivos de trabajo y a cambio me decidí a no perderme este triplete, sacado a empujones y golpes de corazón por nuestros amigos de la Heavy Metal Burgalesa.
Cuando en un evento hay entusiasmo se nota a la legua, así que a la energía de las bandas se sumó la alegría compartida de ver el Andén completamente lleno e incluso unos cuantos despistados buscando entradas sobrantes a la puerta. Así sí, joder, podemos tomar buen ejemplo.
Lo cierto es que están acortando la distancia con Burgos y cada vez nos parece más factible meter sus conciertos en nuestra ruta. Las hamburguesas del Golden, la bailada de última hora en el gruta (que parecía el DModa en los Noventa, el buen rollo del Jarra N’ Heavy y la feria del disco de la Peña Ciclista también suman. Nos sentimos como en casa.
A Heathen les tenía cero controlados, pero me dicen mis amigos de Mordor que ya en sus años mozos rulaban cassettes con Breaking the Silence y Victims of Deception desgastadas de tanto girar. Esos pocos años que nos sacan son fundamentales en este caso, porque no sacarían material nuevo hasta 2009 y uno más ya en 2020 que es el que les trae de gira pasada la pandemia.
Para mi han sido una sorpresa, con la oreja fresca y sin tener en cuenta que los pioneros son ellos diría que su material nuevo tiene cierto aire a Iced Earth, se me entienda, hay una base claramente Thrashera, pero también un componente melódico importante. La camiseta de Blind Guardian parece darme cierta razón. Desde la organización nos insitieron mucho en que no nos perdíesemos su bolo. Agradecidos.
Siendo sinceros os diré que nunca le hice demasiado caso a Exodus. Supongo que en general me tiran cosas más melódicas o yo que se. Siempre han estado ahí, siempre les he alabado su papel de pioneros, pero no me les he puesto en casa con frecuencia. Es más, les vi hará unos doce años con Behemoth y Ex-Deo y no me emocionaron. Os cuento todo esto como una prueba más de lo subjetivo de la música. A veces lo que cambia no es el grupo, si no cambia el ambiente o cambias tú. Probablemente este y aquel concierto no fuesen tan distintos y sin embargo ahora flipé.
La incorporación de última hora de Brandon Ellis de The Black Dalliah Murder supliendo a Lee Altus (que está fuera de la gira por motivos familiares hasta otoño) no le restó ni un ápice de autenticidad, complementándose a la perfección con el mítico Gary Holt y con mucha complicidad en escena con Steve “Zetro” Souza que mantuvo el show muy arriba gritando como un poseso con su cara y pelos de loco.
Hablaba con mis amigos sobre la importancia histórica de las bandas y teníamos distintas opiniones, pero en lo que todos coincidimos es en que esto es Thrash Metal HOY, de bandas que no viven del recuerdo y que tienen que sacar adelante cada concierto con uñas y dientes para poder seguir trabajando bien al día siguiente y eso se nota. Mi amigo Victor lo llamó “Una Masterclass de Thrash Metal”, cera sin descanso y sin respiro. Salimos absolutamente entusiasmados y sudando A Lesson in Violence. A veces me gustaría viajar en el tiempo y empezar otra vez desde cero.
Testament es probablemente la banda con la que mi calentón ha ido cada vez a más en los últimos 25 años. Siempre se acaba perdiendo interés, o dejan de llegar sorpresas y sin embargo a mi estos cabrones cada vez me gustan más. Legado histórico, todo, discazos HOY, también.
El primero suyo que tuve fue el Practice What You Preach, aunque le pillé como en el 96, me reenganché a la altura de Demonic y The Gathering y comencé a defenderles a capa y espada a partir de Formation of Damnation, joder, es que cada vez más me parecen un Dream Team: Chuck Billy, Dave Lombardo, Steve DiGiorgio, Alex Skolnick y Eric Peterson… vamos, no me jodas.
Lo que más me flipa de Testament es su capacidad de adaptación. Volviendo a lo de antes, es un grupo que nunca ha dejado de ir buscando y modernizando su sonido, con sus altibajos, pero con temazos en todas las épocas y una rampa final de asustar, como si cada vez fuesen más sólidos y seguros. Para mi a día de hoy tienen todos los derechos sobre el trono. Un show rotundo, variado y sin una puta fisura.