Santander, esa ciudad idílica que cada año por estas fechas, cuando llega el verano, se convierte el lugar ideal para que los turistas se relajen, gracias a las playas, el paisaje. la gastronomía, etc.
Todo aparentemente muy normal, un lugar lleno de luz, pero la ciudad esconde reductos, donde la oscuridad gobierna y nos traslada a lo más profundo del averno. Uno de esos lúgubres lugares, es la sala Black Bird. Un lugar, en el que al caer la noche, ciertas fuerzas malignas alcanzan la superficie y se mueven completamente a sus anchas. En ese mismo lugar, hace unos meses fuimos testigos de unos espantosos crímenes, protagonizados por una peligrosa banda de delincuentes llamada Soulbane, que mantuvo en jaque a todas las autoridades de la ciudad, pero lo que íbamos a vivir esa noche lo superaría con creces. Desconozco si alguien tuvo la feliz idea de leer el Necronomicón y pronunciar alguna de sus palabras prohibidas, pero esa noche liberaron dos fuerzas provenientes de lo más oscuro del infierno, llamadas MØRNATT y HRIZG, sólo con pronunciar sus nombres, ya sientes un escalofrío por todo el cuerpo.
Los primeros en emerger al escenario del Black Bird, serían MØRNATT, banda proveniente de Tarragona, formada en 2014, con el black metal en su doctrina. Tras varias entradas y salidas desde su formación, en la actualidad componen la banda: Kongen av Slanger (L. Guitar); Fenrir (voz) y Dimurgos (bajo). Para el concierto contaron además con: Asier (Batería) y J.M. (L.Guitar), provenientes de Between the Frost. Tienen publicados dos trabajos; «Witchcraft of Domination» EP (Mar, 2016). Dicho disco se centra en Sathanas y Leviathan; completando las deidades del libro “la Biblia Satánica” de Anton Szandor Lavey. Próximamente publicarán otros trabajos y así completarán las 4 deidades que menciona el libro. Además tienen publicado «Victorius Satan» (Nov, 2018), que incluye los cuatro temas del EP además de otros nuevos.
Entre la oscuridad del escenario aparecieron los cinco integrantes, caracterizados con las habituales pinturas blancas en la cara y con diferentes adornos de clavos, en forma de muñequeras y demás. Delante de todos ellos, resalta por encima de todo, presidiendo el escenario, una osamenta de la cabeza de un macho cabrío, colocada sobre el micrófono del cantante, junto a una cruz invertida de madera al fondo. Con las primeras notas, la intranquilidad se hizo patente entre nosotros, en suelo parecía moverse bajo nuestros pies, sin darnos cuenta, estábamos rodeados de serpientes por todas partes, mientras sonaban las notas del tema “Serpents”, uno de los temas del EP, que se han recuperado en el último disco que nos venían a presentar. Línea rápida de batería y guitarras, clásica del estilo, con grandes cambios de ritmo con la voz Fenrir rasgando nuestros cuellos.
Sin tener tiempo a reaccionar, con el olor a sangre invadiendo la atmósfera, entraríamos en trance con “Diabolous Frequences”, sintonizaríamos con nuestro salvador Satán, gracias a él, despertaríamos de la pesadilla de dolor, nuestras heridas serían curadas. Uno de los grandes temas de la noche, creando una clima espectacular, con capas rítmicas muy poderosas, marcadas por el puño en alto de Fenrir, sobresaliendo entre la oscuridad intentando desgarrar el cielo. Sus oraciones parecieron surgir efecto, Satán surgirían del subsuelo, con el temazo “Calanda of Antichrist”, las guitarras surgirían como los rayos de una tormenta, resonado como los tambores de dicho pueblo, los allí presentes se estremecían ante el cielo en llamas. Continuarían con “Void”, somos marionetas al antojo de los dioses, al final sólo quedará el vacío absoluto gobernándolo todo. La voz suena tremenda en este tema. Seguiríamos descendiendo al infierno, porque todos somos unos pecadores, con el tema “I have sinned”. Temazo en el que la batería sobresale de manera brutal. Somos pecadores y además somos libres, al liberarnos de absurdas normas que nos imponen, en ciertos libros en lo que todo es pecado. Posteriormente, se haría la oscuridad, el sonido del viento y crepitar de las llamas invadiría la sala, asistiríamos a “Jesús Funeral”, tema que abre el último disco, con base más áspera, en el que podías tocar con los dedos la oscuridad. Grande la batería y las guitarras.
Seguirían así con un repertorio de unas 10 canciones, en las que la negrura no tendría límites, con uno de los mejores momentos del concierto con la interpretación del tema “Ave Leviathan”, con varias escenas de teatralización, con sangre borboteando de la boca de Fenrir sobre un crucifijo de madera, junto a las luces rojas, sería una imagen espectacular e inolvidable. En la recta final, nos presentaron un tema nuevo “Hymn for Goat”, con un sonido algo más accesible, para terminar por todo lo alto recibiendo a Satán, con ·”Victorius Satan, el más largo del disco con más de 8 minutos de puro black metal, con varios cambios de ritmo cercanos al thrash, sin duda, de lo mejor de la noche, todo un colofón a esta banda, que personalmente no conocía y que me han sorprendido muy gratamente. Siendo unos guías perfectos para visitar el averno. Espero que ese pacto con el diablo, les sea fructífero, porque calidad les sobra a raudales.
Tras unos instantes, en la realidad terrenal, recuperándonos del torbellino que había arrasado el Black Bird, recurriendo al agua de cebada y otros sustitutos, tras los cambios de bártulos en el escenario. La oscuridad no tardaría en ocupar de nuevo su sitio, con la llegada al escenario de HRIZG. Banda formada como proyecto personal de Erun-Dagoth (Sixto), sin duda para mí uno de “los culos inquietos”, más importantes del metal oscuro de Cantabria, con más de veinte años a sus espaldas, ya desde sus inicios creando CrystalMoors, llegando a Hrizg en solitario haciéndolo todo, música y voces; además de multitud de proyectos paralelos, siempre en lo más oscuro de la escena, creo que no hay mejor embajador para adentrarnos en las tinieblas, con el Black metal como sintonía. Tienen publicados unos ocho trabajos entre demo, EPs y LPs. Siendo a partir de la publicación de su tercer trabajo en 2014 cuando el proyecto personal amplía su formato y se convierte en cuarteto. Además desde sus inicios, ha sabido meter la cabeza dentro de la distribución underground de USA, teniendo un gran reconocimiento, como pionero del género, en la región y con una potente trayectoria, así resaltada en multitud de reseñas.
En la actualidad la banda la componen: Erun-Dagoth (voz y guitarra); Varkhen (Batería); Kaornekan (guitarra) junto a su más reciente incorporación Deimos (Fon Noesis) desde 2018, ocupando el puesto de la gran Enserune, precisamente, la última vez que vi a la banda en 2017, sería en un festival en Reinosa junto a Opposer entre otros, era ella quien defendía el bajo, así que tenía expectación con la nueva alineación. La oscuridad, nuevamente, ocuparía el escenario del Black Bird, mientras sonaban unas voces tipo canto gregoriano, hasta que la osamenta de macho cabrío, nuevamente apareciera en el escenario, con un nuevo embajador Erun-Dagoth y Hrizg.
Empezarían la descarga con el tema “Sword of Vlendio” incluido en su primer disco «Oaken Path of Gief» y recuperado como bonus track en el último disco, con una voz sucia, salida directamente del inframundo, acompañada de una repetitiva batería, a modo de ametralladora, que seguía sus pasos, para presentarnos la oscuridad. Continuarían con la primera aproximación de la noche a su trabajo más reciente «Soterion», publicado en 2018, que nos venían a presentar esa noche, con el tema “Unholy Rituals of Death”, uno de los temazos del concierto, con una gran atmósfera y la gran voz de Erun-Dagoth, con varios pasajes de voz más coral y cambios de velocidad que sonaron tremendos. Sin abandonar el último disco, llegaría otro gran tema “The Mystery of the Dead Stars”, sumergiéndonos en la oscuridad y el vacío, con una potente línea de bajo y batería que me gustó mucho, con las voces corales que le daban un toque muy siniestro. A continuación nos premiarían con el estreno de un tema nuevo “Once Fallen”, con mucha fuerza. El viaje al averno, proseguiría con un repertorio de unas trece canciones, de una gran calidad, acompañados en muchas ocasionas de la luz roja tan amiga de los fotógrafos (modo ironía), con temas como “Bleeding Sacred Signs”, con una brutal línea de bajo que se va abriendo paso como un rompehielos que te arrastra sin contemplaciones al averno. Todos tenemos derecho a algún reconocimiento en los peores momentos, cuando nadie cree en nosotros, por eso nos dedicó un salmo a los repudiados, “Psalms For The Repudiated”, que me gustó especialmente, con buenos cambios de ritmo.
Terminando con “Misanthropic Apotheosis” que es toda una inyección de rabia, con alguna capas de atmósferas envolventes que te llevan por la senda de la oscuridad llegando al tema “The Lament Of God” del disco anterior «Individualism», con sonidos medievales de clave que le dan una capa espectacular, también de lo mejor del concierto, con fragmentos instrumentales muy buenos, si tenías alguna esperanza de salir con vida de aquí, estabas muy equivocado, el teme te lleva ante el mismísimo demonio.
Gran viaje al averno el que nos ofrecieron esa noche Hrizg y MØrknatt, gran calidad musical así como la atmósfera conseguida en el Black Bird, convirtiéndolo en todo un templo satánico, del que pudimos salir a duras penas. Tremendo descubrimiento de los chicos de MØrknatt, que se ganaron a los allí presentes por la gran calidad técnica y los elementos de teatralización. Por otro lado, que decir de Hrizg, para mi uno de los mejores grupos del estilo en Cantabria, con la voz de Erun-Dagoth sobresaliendo notablemente, junto al resto de miembros, destacando positivamente la actuación de Deimos al bajo, dándole una fuerza brutal al proyecto.
Hrizg, es uno de esos casos, que a base de lucha todos estos años, irradiando calidad a raudales, sin tener nada que envidiar a muchas bandas extranjeras de primer nivel, que ocupan muchas veces el protagonismo excesivo en los medios, eclipsando grandes bandas locales, que tenemos mucho más cerca de lo que creemos, es por ello, que en casos como estos, conseguir meter el codo en el extranjero es muy importante, como así lo han conseguido.
Cuando los guardianes del averno nos dieron un poco de tregua, y la salida estaba despejada, abandonaría el Black Bird, con las pilas cargadas llenas de oscuridad para una buena temporada, con una copia de los últimos trabajos de las dos bandas, para seguir con el ritual en casa, porque Satán siempre estará contigo en los momentos difíciles.
Crónica y fotos: John Man.