Tenemos la suerte de tener la Robayera a tiro de piedra. Por la Sala Robayera han pasado artistas nacionales e internacionales de primera línea, tal y como demuestra el tomazo rojo recopilatorio que editaron para su XX Aniversario. Una sala con la que coincidimos en concepto; remover el entorno rural a través del arte. Actuar en lo local para transformar lo global. Como directora de está Marta Mantecón, con quién coincidimos en las jornadas 8M que hicimos en Requejada hace un par de años, con la charla Del Kiss Kiss al Bang Bang de la que todavía nos estamos lamiendo las heridas.
La protagonista de esta última expo “Dato primitivo 5. Pinacoteca”, que está visitable hasta el 4 de Octubre es Montserrat Soto, premio nacional de fotografía, que se ha dedicado durante casi una década a recorrer distintos museos y pinacotecas para localizar pinturas entre la edad media y el S.XIX las que apareciesen libros. Una vez fotografiadas, Montserrat ha hecho fotocomposiciones que nos guian hacia diversas conclusiones. Lo primero que llama la atención es que los libros que aparecen son siempre la Biblia Vulgata, o sino simples recreaciones de libros que no contienen nada, osea atrezzo. El poder eclesiastico era responsable de destruir los libros que no debían existir, y de salvar milagrosamente de la hoguera los que eran recomendados para que el rebaño no se descarriase.
A través de los reflejos entre unas y composiciones comenzamos a jugar a un juego de espejos en el que nos hacemos conscientes de las consecuencias derivadas del poder de mostrar o u ocultar información. Un viaje que nos evoca todas las distopías en las que los libros han estado prohibidos, desde 1984 hasta el Cuento de la Criada, haciendo de estación terminal este presente tan libre, en el que a pesar de tenerles a la mano, constantemente se les modifica en base a las distintas censuras politicamente correctas o no, o sencillamente se nos guia a través de un laberinto de agencias de información, gobiernos controladores y fake news hacia cada nueva e incontestable postverdad.
Además del valor estético de la propia exposición y de la propuesta de Scape Room en la que cada puerta abierta conduce a otra puerta, es muy interesante el cartel de señales, que nos indica distintas direcciones “Lo que no quieres que vean” “lo que te dejan ver” “lo que no quieres ver” lo que puede que veas” “lo que no te dejan ver”, que es en realidad la llave que permite comprender porqué una portada de Charlie Hebdo, una foto de Vadimir Putin y una pintura de San Jerónimo conviven en la misma sala, como pistas para descifrar el mismo mensaje en clave. La información sigue sesgada y manipulada, en base a los intereses de los poderosos.
Tú, lector que eres prudente juzga lo que te pareciere que yo no puedo y ni debo decir más.
Texto Oskar Sánchez
Fotos robadas a Manuela Alonso y Federico Pelayo