¡Y SIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! Por fin, desde la última vez que vinieron a Madrid, el 19 de marzo de 2019 junto con Defeated Sanity y Skinned en Caracol, han pasado muuuuchas cosas. Yo tuve la suerte de poder verles entonces y ha sido larga la espera. Falsas alarmas de su vuelta por estas tierras, que finalmente quedaban en cancelaciones y la miel puesta en nuestros labios, en último extremo retirada, pero esta vez, ¡fue la buena!
La fecha escogida, la tarde noche del día 22 de julio. El lugar, la Sala Silikona de Madrid. Tarde que parecía presagiar que el infierno se abría paso bajo nuestros pies con el insano fin de abrasar nuestros cuerpos y nuestras almas (en el caso de que no la tengas ya, expuestas en un escaparate del Cash Converters o similar). Un calor casi sobrenatural lo envolvía todo ¿Qué mejor escenario para un concierto de maldito Death Metal?
Esta vez, llegué a la puerta con algo de margen, fue un esfuerzo infructuoso. No se abrirían hasta las 20:30. había habido problemas durante las pruebas de sonido y todo iba retrasado. Luego, hablando con unos y otros, supimos que los Incantation tuvieron retrasos; no, no os asustéis, que no quedó ninguno embarazado; tan solo no se pudieron cumplir los horarios previstos y otros imprevistos convirtieron la prueba de sonido en un “vía crucis”. A la hora del aviso del retraso ya había bastante ambiente en la puerta y los corrillos funcionaban a pleno rendimiento. Al final, nos conocemos casi todos. El problema fue el de siempre, el eslabón más débil suele ser el que paga los platos rotos. En este caso no fueron platos los que se rompieron, sino el sonido y el paganini fue, en este caso, Buriality. Ya que sufrieron un sonido nefasto toda su actuación.
Pero no adelantemos acontecimientos y vamos al detalle de lo que sucedió una vez pudimos acceder a la sala, lo que se hizo con bastante celeridad, ya que antes de abrir y con buen criterio, nos habían cancelado las entradas y acreditaciones. Al abrir la puerta entramos, muchos, del tirón.
Arrancó el concierto a las 21:00 con unos Buriality lanzados en barrena a destrozar nuestros oídos. Algunos ya los habíamos visto en su anterior directo con Voids Legion, Perennial isolation y Eternal Psycho. Nos habíamos quedado con ganas de ver más porque a pesar de que no tuvieron el mejor de los sonidos, cosa que por otro lado es lamentablemente, bastante habitual, supieron sobreponerse a ello. Esperábamos mucho de su presencia, al ofrecer esta sala una cercanía que no tienen otras y en ese aspecto no hubo queja, se vaciaron, Alex Martín se desgañitó, no paró de moverse y sudó como para llenar tres piscinas olímpicas, aun así, ¡no se le escuchaba! Empezaban a manifestarse los efectos de esas pruebas de sonido accidentadas. Una verdadera lástima. Nos quedamos con que han estado ahí, teloneando nada menos que a Incantation y lo han dado todo. Habrá una próxima vez (espero que pronto) de que puedan sacar todo lo que tienen y todo lo que la experiencia y conjunción que van atesorando en este camino, desde su debut el junio pasado. Mucho ánimo, mucha suerte y que sea hasta muy pronto.
No se tardó mucho en cambiar el escenario.Todos arrimaron el hombro a retirar los enseres de Buriality y adecuar lo poco que restaba de los de Incantation. En el escenario había ganas de empezar y abajo, de que actuasen. Sin embargo, se respiraba tensión. El temita del sonido había traído cola. La profesionalidad de todos se impuso y el descerraje del brutal repertorio de Incantation comenzó a resonar, tras su “performance” ya estudiada de empezar de espaldas al público para saltar sobre nuestras yugulares cuando es el momento preciso.
En el setlist van 4 temas del último y flamante álbum Sect Of Vile Divinities, no me parece excesivo, un tercio del total y ¡Están presentándolo! El resto del set, son clásicos como no podía ser de otra manera, eso sí, al criterio particular queda decidir si más o menos clásicos, pero siendo de Incantation, son buenos. Las leyendas son lo que tienen.
Comienza el bolo a las 22:00 con la opresiva Propitiation, tema lento, del último disco, que sirve para abrir boca e ir calentando los músculos para lo que se avecina. A pie de escenario no podemos escuchar la voz. Los instrumentos, al disponer de pantallas y cabezales en el escenario apuntando directamente a nuestras cabezas, sí que se aprecian bastante bien. Son cosas de la sala. En breve y algo más atrás se comenzará a escuchar mejor la voz, pero a decir de la mayoría encuestada, nada como para tirar cohetes ¡Una verdadera pena que pasen estas cosas!
El segundo tema es Ethereal Misery. Aquí ya nos metemos en un ritmo frenético que arranca el pogo, que va a parar poco, digamos que lo justito y necesario, o menos. Los problemas de sonido del comienzo, se resuelven hasta donde fue posible.
Es tiempo para Carrion Prophecy, un tema que se inicia muy pesado y que evoluciona hasta subir el ritmo hasta niveles insanos para el cerebro de profanos, pero que hace las delicias de todos los presentes y el pogo ya es una realidad imposible de parar.
Respiramos todos profundamente un par de veces o tres, porque lo que viene detrás es uno de los que fueron adelantos de la última entrega Sect Of Vile Divinities, que da nombre a la gira, Entrails of The Hag Queen. Responde exactamente a lo que ha hecho a Incantation tan grande. Esta es la demostración de que siguen teniendo las cosas claras y en forma, aunque sólo John McEntee sea miembro fundador en la formación norteamericana, pero la sangre nueva que ha entrado se ha acoplado a la perfección y han aportado fuerza crudeza y una calidad incontestable, aunque el “formato” de entrada de alguno sea el de “mercenario”.
Un espontáneo sube al escenario, la pasión se desborda pero la altura del escenario no permite hacer florituras. No es más que un escalón, con lo que pide permiso y vuelve a bajar entre el público. Este ejercicio se repitió un par de veces más y es que la emoción y las ganas de escuchar a Incantation son altísimas.
El siguiente tema a ser arrojado con saña contra el público es Emaciated Holy Figure. Acaba entre aplausos y cuernos con un público completamente hipnotizado por el riff y la fuerza de la banda e Incantation enlaza éste, con Forsaken Mourning of Angelic Anguish. Siniestro, rápido, brutal ¡Nos encanta!
Tras un ligero descanso, secarse el sudor, Ascend Into the Eternal comienza a atronar. Es uno de los que más me gustaron. Oscuro y agresivo, como a mí me va. En mi opinión, las guitarras se salieron, aunque sí que he de reconocer, que no les pillé un momento malo en todo el bolo.
Ahora es el momento de volver al año 2000 para revisitar Anoint the Chosen. Uno de los temas estrella del álbum The Infernal Storm, por otro lado uno de los más menospreciados e ignorados de la discografía de Incantation. De hecho, este tema es su único representante. Supongo que aparte de que el público no lo espere con tanta ansia, debe ser de cierto mal recuerdo para McEntee que las pasó mal en aquellos momentos en los que se editaba el disco.
Ahora es Lead to Desolation lo que suena. Riff poderoso, tenebroso, usando a la perfección esa séptima cuerda grave de Luke Shively y cambios de ritmo perfectamente hilvanados, que viene seguido de Rotting Spiritual Embodiment. Más de lo mismo, pero si cabe, más siniestro.
Volvemos a escuchar un tema del nuevo trabajo de estos monstruos, Fury´s Manifesto. Un pedazo de tema para hacer grande Sect Of Vile Divinities, que es muy celebrado a pogo limpio y de aquí al final no se para. Hay tiempo para The Ibex Moon, Impending Diabolical Conquest y cerrar con un nuevo tema de Sect Of Vile Divinities, Siege Hive. Enérgica y oscura a más no poder.
Tras esto, el concierto está visto para sentencia. McEntee cede el mástil y la pala de su BC Rich al público para que rindamos culto a la misma, acariciando su diapasón y su pala. En aquellos momentos, muy bonitos, no cabe duda, vi peligrar mi cabeza, pero no hubo que reseñar víctimas finalmente y la noche se saldó con una incruenta, devota y cariñosa invasión del escenario a la que los Incantation reaccionaron de la mejor manera posible, con fotos regalos y grandes sonrisas y abrazos, para todos.
Para terminar, me gustaría destacar la gran presencia de Incantation sobre el escenario y su saber estar ante el público. Un gran espectáculo que se vió empañado por los problemas evidentes de sonido que suelen cebarse con los teloneros. A menudo el eslabón más inocente, pero ya hay que ir pensando en el siguiente bolo. Esto no puede parar. McEntee está en buena forma y a Buriality le quedan más bolos que longanizas para demostrar todo lo que lleva dentro que es mucho.
¡Nos veremos en la próxima, en la que seguro sonará más y mejor!
Texto y fotografías: Juan Carlos López Aguilar