Cuando el invierno arrecia y los elementos de la naturaleza se revelan, no hay nada mejor como trasladar la esencia de las fiestas del verano a las salas. Ese es precisamente, el plan que nos habían preparado Nacho y compañía en el Black Bird de Santander, con la presencia de IRATXO.
Proyecto música de Juan Manuel Cifuentes, creado en 2007, procedente de Sevilla, con paradas en Madrid, Iruña, Lavapiés y actualmente de nuevo Sevilla. El estilo aglutina la mejor esencia del rock urbano, ska, rumba, funki…; con influencia de las bandas clásicas del rock nacional de toda la vida como Extremoduro, Barricada y sobretodo Marea, una de las bandas que más le marcó, con esa voz rota característica. A los que conoció por medio de un amigo, cuando aún tocaba en la calle, el cual le invita a un concierto en Iruña. En dicho concierto, consigue convencerles para que le dejen cantar un tema. Sus letras pasan por la vena reivindicativa, junto a temas más cotidianos, como el amor y el desamor.
Tiene publicados 7 discos y 2 DVD en directo. Acumulan más de 600 conciertos por toda España y América, precisamente lo de cruzar el charco, fue una de sus prioridades desde los comienzos, sin importarle las voces que le decían que aún era pronto para ello, que primero debía darse a conocer y triunfar en España. Iratxo, es Juan Manuel en esencia pura, es su voz, su guitarra, él compone su música y las letras, aunque para poder presentar los temas con la fuerza necesaria, ha sabido rodearse por buenos músicos. Tras varios cambios por su reciente vuelta a Sevilla, en la actualidad le acompañan: Sócrates (guitarra solista); Lucas (batería); Carlo (bajo) y Antonio (trompeta). Incluyendo algunas colaboraciones extra en eventos más grandes como son festivales, así como en los discos. Ha conseguido cumplir su sueño de coincidir sobre el escenario con la mayoría de los grandes de este país, como: Marcos Molina, Kutxi, Brigi, y un largo etcétera.
El concierto comenzaría sobre las 22:00 hrs., con una media hora de retraso sobre lo previsto, por lo que se disculparon, aludiendo problemas de aparcamiento en plan de coña, y lo más importante, los que amamos los animales nos identificamos en seguida. Por todos es conocida la afición de Juan Manuel a los animales, por desgracia, pocos instantes de empezar el concierto, le comunicaron que un perro adulto había matado a un cachorro que tenía, ello provoco, obviamente, que su cabeza no estuviera lo tranquila que tendría que estar, pero supo sobreponerse y dar un gran concierto. No hay mejor terapia para los corazones rotos, que la música de Iratxo. Tras una intro, y al más puro estilo Lavín, aunque en este caso en lugar de ser hojas manuscritas, estaban escritas a ordenador, Juan Manuel se presentaría con un fajo de hojas con las letras de las canciones sobre una silla, que durante el concierto irían desparramándose por el suelo, lo que me llevaría a confirmar con ellos, que no tienen set-list predeterminado, cada concierto es un evento único. Comenzarían la fiesta que tenían reservada para Santander con el tema “No es la primera vez” de su primer disco «De donde el Aire da la vuelta», con la legalización de la marihuana de trasfondo, que sirve de carta de presentación del estilo de Iratxo, notas iniciales que me recuerdan a los primitivos Extremo, un poquito de rumba, con una explosión de ska, que automáticamente te pone las pilas y te incita a bailar. Aunque en los comienzos la gente parecía un poco pasiva, poco a poco fue animándose, jaleados por Juan Manuel, desarrollando una actuación de unas 17 canciones, que sin duda son puros himnos.
Nos acercarían su reciente nuevo disco «Pa’ bestias no hay senderos» lleno de grandes temas, como es el caso de “Palabras y Silencio”, con primer protagonismo de Antonio a la trompeta, que indirectamente sería diana de multitud de bromas por parte de Juan Manuel; sin descuidar los buenos solos de las guitarras. Tras agradecernos la asistencia, nos sorprenderían con uno de sus grandes temas “Vida” de su disco «Amor y otras guerras», iniciado con aire más jamaicano, en plan suave, que en seguida se acelera cuando el ska más bailable, hace su aparición. Otro tema que me gustó especialmente sería “Latidos Contados” de su disco «La Última bala», que tiene un inicio sin contemplaciones, con una fuerza tremenda, impregnado de la esencia de Marea, coronada por la voz tan personal de Juan Manuel, que nos incita “a volar y volar”, como dice el estribillo, muy arropado por el público . Llegaría el turno de otro de mis temas preferidos, “Podar el rosal”, con la vena revolucionaria en el trasfondo, que se impone a la pasividad que las generaciones de jóvenes actuales caracteriza, que hace que cuatro controlen las vidas de todos. Existe un video del tema muy entretenido, donde Juan Manuel, se lía a cachavazos como si fuera el Tio La vara (https://youtu.be/Tlr-TSNFjMM) , que cuenta con la colaboración de Nako de la Vela Puerca. Tras arengarnos para que arropáramos más a la banda y que la paliza de kms les mereciera la pena, continuarían con el momento más emotivo de la noche, presentado el tema que da nombre al último disco “Pa’ bestias no hay senderos”, que dedicaría al perro muerto que por desgracia ocuparía sus pensamientos. Medio tiempo con corte blusero que el disco contó con la colaboración de su gran amigo Marcos Molina de Gritando en Silencio, con un gran solo en el desarrollo, muy aplaudido por los allí presentes. Otro gran tema sin abandonar el último disco, sería “Silencio”, con pegadiza melodía, que tiene el hálito del Robe de toda la vida, que le da una familiaridad única. Recorriendo así muchos de sus grandes temas, llegaría al más importante y grande que ha escrito hasta la fecha, el tema “Si tú supieras” de su disco «La última bala», que dedicaría entre risas a Antonio el trompeta, que le veía muy necesitado de afecto. Es un auténtico himno, que una vez caes en sus redes, no puedes sacártelo de la cabeza. Tiene un cuidado video que destila sentimiento en cada nota (https://youtu.be/n89QkrJIBRE ).
Un nuevo momento estelar fue la interpretación del tema “Mi Trigal” de su disco «Amor y otras guerras», para el cual Juan Manuel nos indicó que tenía un baile propio que se sacaron de la manga antiguos miembros de la banda y que hasta la fecha sigue identificando el tema, conocido como el baile del Pollo loco. Juan Manuel, nos pidió inmortalizar el tema en video, para lo que tuvo la suerte de contar entre nosotros con nuestra master del objetivo Maya. Por su puesto, el tema revoluciono la pista del Black Bird y todos bailamos como pollos sin cabeza. Ya en la recta final, siguieron con su particular revolución con el tema “Mi Droga” incluida en el último disco, todo un himno que incita a vivir, a ser libres en la naturaleza salvaje de cada uno. “Mi droga eres tú”, dice el estribillo, con una gran interpretación de Antonio a la trompeta. La fiesta no se detendría con el tema “La Madrugada” del «A versos y Bocados», para el que organizó un Wall of death, iniciado con unas notas de tango que rompen a ritmo de ska, con todos braceando como si no hubiera mañana. Terminando el concierto con otro temazo que impregnó de fiesta cada cm del Black Bird, “Al Carajo Pico y Pala”, con el ska como bandera, con la inconfundible trompeta de Antonio presidiendo como si una batuta se tratara. Todo un colofón a la fiesta que trajo Iratxo a Santander. Bandas como esta ponen las pilas de una manera increíble, trasladando la mente a las fiestas de prao del verano, gracias al calor que transmiten, toda una medicina para estas semanas invernales que estamos soportando.
Esperemos que esto no sea un adiós definitivo, ya que hace pocos días Juan Manuel, anunciaba que esta sería su última gira, que quería centrarse en otros proyectos de vida. Sería una lástima, este país no se puede permitir no volver a disfrutar de ese hibrido de Stratocaster y guitarra española, deleitándonos con su poesía en cada nota. La música necesita a gente comprometida como Iratxo, que ha luchado por conseguir sus sueños, a pesar de multitud de piedras en el camino. Desde que allá por sus 11 años, su hermano le invitara a escribir como terapia, para controlar sus nervios, todos estos años, le han convertido en un guerrillero de la música, su pasión por la música le ha llevado a organizar conciertos, como excusa para poder ver a una banda en directo aunque le costaran dinero, (por Maliaño conocemos a un loco de ese estilo), como ocurrió con Los Gritando en Silencio, cuando aún no eran muy conocidos y ya vemos como han pasado al maestro. Reflejado todo ello en su último trabajo, el cual pudimos adquirir junto con la entrada y que os recomendamos encarecidamente. Es un disco muy variado, en el que ya la bonita presentación de Mamen Castanedo de “Coloreando el espacio”, a base de unos minimalistas trazos simples, dotados de vida gracias a los tonos verdes, marrones y blancos, que acompañan la escucha del disco a la perfección, poniendo imágenes a las letras.
Termino estas líneas agradeciendo como siempre, a Chena y Nacho de la Black Bird, por calentar las noches de invierno como es debido a base de buena música.
Crónica y fotos: John Man.