Para seguir con nuestra particular via crucix, que nos llevaría por segunda semana consecutiva a tierras asturianas, para ver a uno de los mitos vivientes de nuestra música el gran Joe Lynn Turner.
En esta ocasión, a la sala Teatro Albéniz de Gijón, que conserva el nombre y el espacio del antiguo teatro. Comenzaría la noche la banda nacional REGRESION, no les conocía, creada en 1995 en Hospitalet de Llobregat (Barcelona), con el hard rock y el heavy metal como base. No es hasta el 2000 que consigue una agrupación estable. Actualmente cuenta con: Pedro Guijarro (Voz), Toni Sánchez (Guitarra y coros), Pablo González (Guitarra) que en el concierto llevaría una camiseta de “Deapool”, ya me tenía ganado; David Pérez (Bajo) y José Ignacio Uría (Batería). Cuenta con cinco discos a sus espaldas más un EP. El concierto se centraría en sus dos últimos discos Prisioneros del 2015 y el último trabajo “Terra Ignis” de 2017. La voz en muchas ocasiones me trae a la cabeza a Sherpa de Barón Rojo como el tema de inicio “Gritos en la oscuridad”, combinado con pasajes muy épicos que nada tendrían que envidiar a Avalanch, como en “5 de Noviembre”, segundo tema de la noche, con contenido reivindicativo; continúan con “Mil Sirenas” de tercer disco Santa Decadencia del 2011, en el que puedes sentir la velocidad de la carretera. Pedro se presenta y comenta que es la primera vez que tocan en Gijón, agradeciendo la asistencia, nos pide que elevemos nuestro dedo medio, para acompañar el temazo “Cautivo”, con un aire más hard, con buenas guitarras; prosiguen con “Llévame contigo” y “No nos van a parar” con espíritu muy barón, muy buenos. Encaran la recta final presentándonos un tema del último disco “Quién soy yo (sin el puto R&LL)”, un temazo que emocionó a toda la sala; para concluir con “Puño de Hierro” , que cuenta con la colaboración en el disco de Victor de Andres (Zenobia) y Estrellas del Rock, tema de un EP homónimo del 2013, que también se incluyó en el Prisioneros, sonido ochentero total, trae muchos recuerdos. Muy buena impresión la que me dejaron, espero volver a verles.
Tras el oportuno cambio de bártulos en el escenario, esperábamos el plato fuerte de la noche con JL Turner, en esta gira cuenta con nuestro mejor guitarrista, el gran Jorge Salán; con esta sería la tercera vez que le veo, las dos anteriores junto a Avalanch y en solitario en Santander. Sobre las 21:40h, aparece sobre el escenario Salán, tras el caluroso recibimiento por parte del público asistente, nos anuncia, que previamente tocará cuatro temas de su repertorio. Para ello se acompañará del bajista Ken Sandino (Alien, Kee Marcelo) y Darby Todd (Robert Plant, Gary Moore) a la batería. La sesión comienza con “Leave my girl alone” de Buddy Guy, tema blusero, que recoge la esencia del último disco/dvd de Salan “Live In Madrid”; a continuación “Key To Love” de John Mayall, más fiestero sin perder el alma blues, con la voz del propio Salán perfecta, junto su impresionante técnica, concluye con “Going Down” de Freddie King y “The Thrill Is Gone” de BB King. Una media hora de actuación. Tras un breve descanso, comenzaba a funcionar el condensador de fluzo de nuestro Delorean particular, en la sala sonaban fragmentos de canciones míticas como cuando sintonizas una radio y dimos un salto en el tiempo espectacular, con nuestro Doc particular de pelo negro JL Turner, acompañado por un Marty McFly con magia en sus dedos Jorge Salan, se uniría a la fiesta el teclista P-O Nilsson. La primera parada fue “Death Alley Driver” de Rainbow, velocidad endiablada en los dedos de Salán. Sin tiempo para asimilar lo que estábamos viviendo, suenan unas sirenas que nos llevan a uno de los temas míticos “I surrender” la voz de Turner suena impecable; los [foto1]años no pasan por él; tras saludarnos y agradecernos la asistencia, prosigue con “Jealous Lover”, con base más hard. A continuación, Turner nos pregunta si hay algún corazón roto entre nosotros, preludio de otro de los clásicos “Stone Cold” uno de los himnos del metal, nuevamente en los solos Salán un espectáculo. Tras la euforia de los allí presentes, pasamos a uno de sus temas en solitario “Dark Days”, con base más dura. Al finalizar, nos pregunta si hay fans de Rainbow en la sala. Nos ataca con otro clásico el “Spotlight Kid” del Difficult to Cure. Los solos endiablados, Salan levita entre nosotros, Blackmore seguramente estaría babeando en su casa. Llegaría el turno para una de las baladas más famosas del metal “Street of dreams” una de mis preferidas; aún me estoy pellizcando, ¿será posible que estemos viviendo esto? ¿Tal vez en una vida pasada? Continua con uno de sus temas en solitario viajando a Turquía, “Blood Red Sky”, aires orientales y desamor en el fondo del tema. Pasado el aplauso oportuno, Turner nos invita a beber presentando el tema “Drinking with the Devil”, y a pasar una noche loca. Prosiguen con un tema que pone las pilas hasta un domingo de resaca “Can’t Happen here”. En la oscuridad de la noche es el turno para otro de mis temas preferidos “Can’t let you go” la voz de Turner te envuelve y te transporta. Encaramos la recta final del concierto con “Stranded”, y un guiño a su paso con Yngwie Malmsteen con el tema “Rising Force”, voz más heavy en la que se demuestra su versatilidad. Terminaba aquí aparentemente el concierto, ante la insistencia del público, aun habría hueco para el himno que todo metalero tiene que tener en su bso personal, con unas emotivas palabras en homenaje a Dio, el escenario se hacía inmenso con las notas del “Long Live R&LL” que puso fin a una noche apoteósica.Al llegar a casa y aún con el paso de los días, tengo que frotarme los ojos, para confirmar que no fue un sueño asistir a semejante espectáculo, haber vivido mi particular Life on Mars en una noche mágica, con actores de carne y hueso, nada de hologramas
Mención especial una vez más a Jorge Salan, la gran humildad que tiene este hombre, muchas veces no hace justicia con el gran trabajo que está haciendo ni con la relevancia de los proyectos en los que está participando. Desde la primera vez que escuché las notas del “Driving Through the Tunnel” como sintonía del mítico Rock Start de Mariano Muniesa, me di cuenta que no estábamos ante un guitarrista al uso, que si hubiera nacido en Estados Unidos, y se apellidara Vai o Satriani otro gallo cantaría. Teniendo el privilegio de interpretar al principio varios de sus temas en solitario, da una muestra de la confianza en el del protagonista de la noche. La prueba de esta noche era un examen de los duros, estaba sustituyendo a Blackmore o a Malmsteen, en algunos temas, el resultado espectacular y lo mejor de todo, es que lo hace con tal naturalidad que una vez más, lo tengo claro, las cuerdas de acero tienen dueño: Jorge Salan.
Crónica y fotos by John Man.